domingo, 21 de octubre de 2012

CHA denuncia en Europa la propagación del maíz transgénico en Aragón

CHA presenta una iniciativa en el Parlamento Europeo para pedir que se retiren los cultivos de maíz transgénico en Aragón y se indemnice a los agricultores. CHA toma como referencia diversos estudios que confirman el aumento de tumores y cánceres en animales alimentados con Mon-810 o NK630.


España produce el 80% de los transgénicos de la Unión Europea
España produce el 80% de los transgénicos de la Unión Europea
Zaragoza.- Chunta Aragonesista ha presentado una iniciativa en el Parlamento Europeo para pedir que se retiren los cultivos de maíz transgénico en Aragón y se indemnice a los agricultores. CHA toma como referencia diversos estudios que confirman el aumento de tumores y cánceres en animales alimentados con Mon-810 o NK630.
 
“Si el Gobierno PP-PAR es incapaz de velar por la salud de los aragoneses esperemos que por lo menos les obliguen a hacerlo desde Europa”. Éste es el objetivo que persigue CHA a través de una iniciativa presentada al Consejo europeo a través del grupo parlamentario Los Verdes-ALE del que CHA forma parte.
 
El responsable de asuntos europeos, Miguel Martínez Tomey, advierte del peligro que supone para la salud pública el cultivo y consumo de maíz transgénico. Según varios estudios realizados en Francia, se afirma que animales alimentados por variedades comunes como NK630 o Mon 810 desarrollan cánceres en un gran porcentaje tras un tiempo de consumo. España produce el 80% de los transgénicos de la Unión Europea, siendo Aragón la primera Comunidad productora en el Estado.
 
Chunta Aragonesista ha señalado que "parece existir una incompatibilidad clara entre las producciones ecológica y transgénica, ya que desde 2002 la primera ha pasado de contar con más del 10% de la superficie cultivable a apenas un 4%, mientras que la superficie cultivada con transgénicos se ha multiplicado por diez".
También señala que "la experiencia aragonesa muestra que los transgénicos tampoco han mejorado la renta de los agricultores que los cultivan, quienes siguen acuciados por unos precios que apenas les dejan márgenes para capitalizar adecuadamente sus explotaciones, al tiempo que ha aumentado su dependencia de los proveedores de semillas y tecnología".
 
Para Martínez Tomey, "la contaminación genética puede estar acabando con la producción ecológica y es nuestra obligación preguntarle a la Comisión Europea por qué tipo de producción agraria queremos apostar: si por la calidad de la ecológica o por la cantidad (llena de incertidumbres y riesgos para la salud) de la transgénica".
 
CHA considera fundamental que Europa prohíba el cultivo de maíz transgénico e indemnice a los agricultores afectados, porque “el PP-PAR es incapaz de avanzar por este camino” y reclama que se realicen más estudios para conocer otras consecuencias nocivas que provocan estos productos.
Martínez Tomey recuerda que “no hablamos solo del consumo directo de este maíz, destinado principalmente a la ganadería, sino de las consecuencias para la salud de una alimentación basada en productos que contienen o han sido alimentados con transgénicos”. Desde CHA se recuerda que a este tipo de alimentación se está sometido durante años sin tener, en muchas ocasiones, conciencia de ello.

 

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