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Un cambio poco notado en las directrices nacionales de investigación sanitaria de Sudáfrica , publicado en mayo de este año, ha colocado al país en un precipicio ético. El texto recién añadido parece posicionar al país como el primero en permitir explícitamente el uso de la edición genómica para crear niños modificados genéticamente.
La edición genética hereditaria del genoma humano ha sido objeto de un intenso debate durante mucho tiempo , en gran parte debido a sus implicaciones sociales y eugenésicas . Como expertos en el panorama político mundial que hemos observado los altos riesgos y las controversias actuales en torno a esta tecnología (una desde un punto de vista académico (Françoise Baylis) y otra desde el interés público (Katie Hasson)), nos sorprende que Sudáfrica planee facilitar este tipo de investigación.
En noviembre de 2018, los medios de comunicación informaron sobre un científico chino que había creado los primeros bebés editados genéticamente del mundo utilizando la tecnología CRISPR. Dijo que su objetivo era proporcionar a los niños resistencia al VIH , el virus que causa el sida. Cuando su experimento se hizo público, ya habían nacido dos niñas gemelas y un tercer niño nació al año siguiente.
El destino de estos tres niños, y si han experimentado alguna consecuencia negativa a largo plazo por la edición del genoma embrionario, sigue siendo un secreto muy bien guardado.