Vandana Shiva *
Monsanto y sus amigos
en la industria biotecnológica, sus cabilderos y sus representantes
pagados en los medios continúan impulsando el control monopólico de los
alimentos en el mundo mediante su oferta de semillas.
Por la ecología y la nueva biología sabemos que la vida es una complejidad organizada por sí misma: se contruye sola, no es posible manufacturarla. Esto se aplica también a la producción de alimentos mediante la nueva ciencia de la agroecología, la cual nos brinda un conocimiento científico más profundo de los procesos ecológicos a nivel del suelo, las semillas vivas y la comida viva. Las promesas de la industria biotecnológica –mayores rendimientos, reducción del uso de químicos y control de malezas y plagas– no se han cumplido. El mes pasado un fondo de inversión demandó a DuPont por mil millones de dólares por promover cultivos resistentes a herbicidas a sabiendas de que no lograrían controlar las malezas y en cambio sí contribuirían al surgimiento de
supermalezas.
Al crear la propiedad de semillas mediante patentes y derechos de propiedad intelectual, e imponerla en el planeta por medio de la Organización Mundial de Comercio, la industria biotecnológica ha establecido un imperio monopólico sobre las semillas y los alimentos. Además de reclamar la propiedad de las semillas que vende y cobrar regalías, en materia de controles y equilibrios sobre seguridad, la industria biotecnológica destruye sistemáticamente leyes nacionales e internacionales relativas a la bioseguridad, afirmando que sus productos son
como la naturaleza los creó. ¡Es esquizofrenia ontológica!