El actual sistema político y económico parece obedecer a la lógica de
las bacterias dentro de una “placa de Petri”. Esta es un recipiente
achatado de vidrio con nutrientes para bacterias. Algunas especies
cuando presienten que los nutrientes se van a acabar, se multiplican
enormemente y después mueren.
Algo parecido, a mi modo de
ver, está ocurriendo con el sistema del capital. Se está dando cuenta de
que, debido a los límites infranqueables de los recursos naturales y de
haber sobrepasado la huella ecológica de la Tierra, pues ya ahora
necesitamos un poco más de un planeta y medio (1,6) para atender las
demandas humanas, no tendrá en el futuro condiciones de reproducirse. Y
no hay otra alternativa, como advirtió el Papa en su encíclica Laudato Si, que cambiar de modo de producción y de consumo y cuidar de la Casa Común, la Tierra.
¿Cuál
ha sido la reacción de los capitales productivos y especulativos ante
este escenario? A semejanza de las bacterias de la “placa de Petri”
multiplican exponencialmente las formas de lucro, acumulando cada vez
más y concentrándose de manera espantosa. Según los datos publicados por
el economista L. Dowbor en su sitio (dowbor.org de 15/12/2015: La red del poder corporativo mundial), «solamente 737 actores principales (top-holders) controlan el 80% del valor de todas las empresas transnacionales».
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Más:
http://www.alainet.org/es/articulo/179639
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