Por Lucía Guadagno
El Centro de Exportadores de Cereales (CEC) —que agrupa a las principales empresas locales y multinacionales del agronegocio— solicitó a la Justicia Federal que suspenda el cultivo y comercialización del trigo HB4. Reclama que no se tuvieron en cuenta los riesgos comerciales que implica la liberación de un transgénico que no es solicitado ni aceptado en los principales mercados internacionales. La organización empresaria denuncia que el proceso de aprobación fue irregular, poco transparente y que no cumplió con las instancias de consulta pública que prevé la legislación.
A través de su presidente, Gustavo Idígoras, el CEC pidió que se dicte una medida cautelar para suspender por seis meses las dos resoluciones de la Secretaría de Alimentos de la Nación que aprobaron el trigo HB4. Con este pedido, el transgénico desarrollado por la científica Raquel Chan y comercializado por la empresa Bioceres sumó su quinta demanda judicial. En este caso, el reclamo proviene de uno de los sectores más concentrados del agronegocio y de los que más se ha beneficiado del modelo agroindustrial basado en el uso de transgénicos y agrotóxicos. Entre los principales socios del CEC están las multinacionales Bunge, Cargill, Cofco, Glencore, Viterra, y las empresas locales Molinos Río de la Plata, AGD, Agricultores Federados Argentinos y la Asociación de Cooperativas Argentinas.
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