jueves, 7 de mayo de 2015

Señor presidente Evo Morales: Yo le garantizo alimentos orgánicos

El Presidente Evo Morales lanzó una condicionante: “Por ley debo aprobar cero de transgénicos y cero de productos convencionales, ningún problema, usted garantíceme. Si me garantiza productos orgánicos para el pueblo, eliminamos".
Señor Presidente, la respuesta está en la producción nacional de alimentos a través del cultivo de la tierra, de la crianza de animales y de la recolección en la selva amazónica a cargo de familias campesinas e indígenas, como ha sido siempre antes de la mercantilización de la biotecnología. Al ser usted nacido en el altiplano boliviano conoce la producción de esa región, pero además al ser migrante hacia el trópico del Chapare, también ha vivido rodeado de selva próspera en alimentación, por lo tanto conoce por vivencia directa una parte de la diversidad alimentaria de origen que ofrece nuestro país.
Ahora con respecto a la proporción del volumen de producción agropecuaria boliviana, el año 2013 el Instituto Nacional de Estadística registró 4.812.045.33 toneladas de alimentos, este dato excluye soya y girasol, si se toma en cuenta que somos 10.027.254 de habitantes en Bolivia y que la cantidad mínima requerida para cada persona por día es de 1320 gramos, la producción nacional registrada no solamente abastece, sino que a este dato debemos adicionar la producción no registrada entre la diversidad de frutas, verduras, tubérculos en cada región, los cereales andinos, la carne de pescado, los lácteos y otros productos. No necesitamos semillas transgénicas para un solo cultivo, cuando tenemos diversidad, tierra fértil y la respectiva tecnología ancestral para producir alimentos sin desequilibrar la naturaleza.
Usted y su familia han experimentado en carne propia Señor Presidente, el sufrimiento campesino que es el mismo en todo el mundo, amenazado por la agroindustria con paquetes tecnológicos que sustituyen y expulsan del campo el trabajo originario tradicional, matan la naturaleza, eliminan la fertilidad de la tierra y destruyen el tejido socioambiental, conformado por núcleos familiares armónicos con la tierra. En nuestro país, a medida que las crisis económicas y políticas han ido destruyendo este tejido, se han generado gremios depredadores que se enfrentan entre sí desde el contrabando, la pugna por pequeños espacios urbanos de economía informal y el loteamiento inescrupuloso para forzar espacios de hábitat mercantilizado.
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http://www.rebelion.org/noticia.php?id=198286

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