Es inminente la fusión de dos gigantes: la poco querida Monsanto,
estadounidense y la prestigiosa Bayer, alemana. Ellas dos, juntas,
“prometen que alimentarán al mundo”. Pero desde hace mucho tiempo
“Monsanto personifica al enemigo de los seres humanos en todo el mundo”,
como dicen Ingolf Gritschneder y Michael Heussen en un reportaje
de la alemana DW, titulado “La semilla de la codicia”. ¿Por qué?,
Europa News aseguraba en 2016: “La compañía controla el 90 % de las
semillas genéticamente modificadas: variedades de soya, canola y maíz,
han sido patentadas por Monsanto”. Además, los activistas en el mundo la
acusan “de querer ‘controlar la cadena alimenticia’ y de ser uno de los
mayores contaminadores de la industria”: Monsanto comercializa el
herbicida más vendido del mundo, el Roudnup, cuya sustancia activa, es
el glifosato. La ONU y la OMS lo han clasificado como posible
cancerígeno. El mayor peligro, según los agricultores, es el monopolio.
Monsanto ha actuado en dos sentidos: ha modificado plantas de maíz y
soya para que resistan el glifosato y, al mismo tiempo, ellos son los
que producen y comercializan este herbicida que, según EuroNews,
representó en 2012, el 40 % de los ingresos para esa compañía.
...
Más:
http://www.elcolombiano.com/opinion/columnistas/no-volver-al-glifosato-EF8632701
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