La empresa Monsanto no puede patentar semillas en Argentina porque no
son una invención de la multinacional, sino de la naturaleza. Así lo
determinó un fallo judicial que rechazó el intento de la compañía de
erigirse en dueña de un método para producir transgénicos, propietaria
de moléculas de ADN e incluso células vegetales. La sentencia, de
segunda instancia, es un duro golpe contra las empresas biotecnológicas
que, mediante una modificación genética, pretenden patentar las semillas
(y plantas) y que sean de propiedad privada. “Es discutible que pueda
patentar todo el material por el sólo hecho de haberlo modificado; como
indiscutible que el autor de una obra literaria no deviene en
propietario del lenguaje empleado en ella por haberla registrado”,
fundamentó la sentencia en su rechazo a Monsanto. La decisión final
depende de la Corte Suprema de Justicia.
Monsanto, la mayor empresa
de transgénicos del mundo, presentó en 1996 el pedido para patentar un
método de producción de una planta transgénica, moléculas de ADN que
habrían de ser incorporadas a la planta y células vegetales. El
organismo encargado, Instituto Nacional de la Propiedad Industrial
(INPI), rechazó el pedido de patentamiento porque consideró que no se
trataba de una invención ya que se trata de materia viva y preexistente
en la naturaleza.
La empresa apeló la negativa del INPI y, en
2007, un juez de primera instancia dio la razón a Monsanto. El organismo
oficial recurrió a la segunda instancia judicial y sobrevino un fallo
inédito: rechazó que la multinacional pueda patentar como propias las
moléculas de ADN y las células vegetales, antesala de la semillas
transgénicas.
...
Más:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=211022
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