miércoles, 13 de abril de 2016

De la naturaleza a su mesa

La empresa Monsanto no puede patentar semillas en Argentina porque no son una invención de la multinacional, sino de la naturaleza. Así lo determinó un fallo judicial que rechazó el intento de la compañía de erigirse en dueña de un método para producir transgénicos, propietaria de moléculas de ADN e incluso células vegetales. La sentencia, de segunda instancia, es un duro golpe contra las empresas biotecnológicas que, mediante una modificación genética, pretenden patentar las semillas (y plantas) y que sean de propiedad privada. “Es discutible que pueda patentar todo el material por el sólo hecho de haberlo modificado; como indiscutible que el autor de una obra literaria no deviene en propietario del lenguaje empleado en ella por haberla registrado”, fundamentó la sentencia en su rechazo a Monsanto. La decisión final depende de la Corte Suprema de Justicia.

Monsanto, la mayor empresa de transgénicos del mundo, presentó en 1996 el pedido para patentar un método de producción de una planta transgénica, moléculas de ADN que habrían de ser incorporadas a la planta y células vegetales. El organismo encargado, Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI), rechazó el pedido de patentamiento porque consideró que no se trataba de una invención ya que se trata de materia viva y preexistente en la naturaleza.

La empresa apeló la negativa del INPI y, en 2007, un juez de primera instancia dio la razón a Monsanto. El organismo oficial recurrió a la segunda instancia judicial y sobrevino un fallo inédito: rechazó que la multinacional pueda patentar como propias las moléculas de ADN y las células vegetales, antesala de la semillas transgénicas.
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Más:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=211022

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