El glifosato acabará siendo prohibido como lo fueron todos los agrotóxicos cancerígenos anteriores. Y, como aquellos, seguirá comercializándose hasta que la sociedad o la ética política dejen de tolerarlo. Mientras tanto, la contaminación de aguas y tierras seguirá aumentando, y mucha gente seguirá enfermando y muriendo, mientras se llenan las arcas de las grandes empresas productoras.
Hasta aquí todo parece normal o beneficioso. Pero, como nos tienen acostumbrados las multinacionales, sus productos tienen mucho beneficio económico para la empresa pero, también, enormes costes sociales y medioambientales.
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https://arainfo.org/glifosato-cronica-de-otra-muerte-anunciada/
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