En estos días estamos viendo a científicos de todo el mundo protestando
contra la postura pro-corporativa y anti-científica del nuevo equipo de
Trump en materia de clima. La propaganda que busca tergiversar los
datos científicos para satisfacer un interés corporativo no es nueva, y
ha sido estudiada por los historiadores de la ciencia en relación a toda
una serie de temas (siendo el más conocido el tabaco, pero también el
amianto o la lluvia ácida, o más recientemente el azúcar o el propio
cambio climático). Se puede encontrar una revisión muy detallada de este
tema en el libro Merchants of Doubt.
En
este artículo Carey Gillam, de la organización estadounidense US Right
to Know, sugiere que algo similar podría estar ocurriendo en este
momento en el caso del glifosato, el herbicida más utilizado del mundo,
asociado a los cultivos transgénicos y popularizado por la polémica
empresa Monsanto. El glifosato fue clasificado en marzo de 2015 por la
IARC (Agencia de la OMS que se encarga de investigar el cáncer) como
probablemente carcinogénico. Para ello había realizado una revisión de
toda la literatura científica publicada al respecto en revistas
revisadas por pares. Sin embargo, otros organismos alegaban llegar a
conclusiones diferentes, debido a que se apoyaban además en estudios
(confidenciales y a los que la IARC no tenía acceso) de la industria.
Comenzó entonces una controversia
que aún no se ha resuelto. Aunque, después de mucha presión, los
europarlamentarios verdes han conseguido recientemente acceder a parte de esa información confidencial,
aún no se han hecho públicas las conclusiones a las que los científicos
independientes que trabajan con ellos han llegado tras examinar los
nuevos datos.
...
Más:
http://www.observatorio-omg.org/blog/la-propaganda-de-monsanto-para-salvar-al-glifosato
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