Nadie consultó a los vecinos del municipio de Juana Díaz, ni siquiera
al alcalde Ramón Hernández, si las semilleras multinacionales podían
adueñarse de una tercera parte de sus mejores tierras agrícolas,
convertirlas en laboratorio transgénico y recibir exenciones
contributivas a costa de ingresar menos a las arcas del pueblo. “Aquí un
carrito de hot dog paga más patentes que Monsanto, que gana millones”, denunció Hernández.
Frente a la plaza del pueblo, la tienda Pepe’s vende carteras,
estolas y trajes, y desembolsó $2,421 en patentes municipales en el año
fiscal 2017. Eso es más de lo que pagó Monsanto, que sólo aportó $1,826 a
pesar de informar un volumen de venta de $22.6 millones sólo en Juana
Díaz, según la alcaldía. La empresa está en la lista de las 500
corporaciones más ricas del mundo que publica la revista Fortune. Si el
gobierno no le hubiera otorgado tasas contributivas especiales a la
multinacional, ésta habría pagado casi medio millón de dólares al
municipio en cinco años, como corresponde a cualquier negocio con un
volumen de ventas similar.
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Más:
http://sincomillas.com/paraiso-transgenico-iiuna-alfombra-roja-de-mantengo-corporativo-impulsa-los-transgenicos-en-puerto-rico/
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