La decisión de la Agencia para la Investigación sobre el Cáncer de la OMS de considerar al herbicida más popular y globalmente utilizado en el mundo, el glifosato, como una substancia “probablemente cancerígena para humanos” (grupo de substancias 2A de la IARC),
ha encendido todas las alarmas. Las de los ciudadanos asustados, que
han empezado a recoger firmas solicitando la retirada del producto, pero
también las de la famosa multinacional Monsanto,
que ve peligrar su negocio más rentable y niega la existencia razones
científicas convincentes para llegar a tales conclusiones.
Los primeros llevan recogidas en unos pocos días casi un millón de firmas. Evidentemente tenemos miedo, y por pura precaución debería ser una prioridad mundial realizar con urgencia estudios serios,
rigurosos y determinantes con la finalidad de garantizar la salubridad
del planeta y, mientras tanto, restringir al máximo la utilización de
este polémico producto.
El glifosato es la base del RoundUp, la fórmula química
clave del imperio transgénico de Monsanto que les reporta ganancias de
6.000 millones de dólares al año. La empresa dice que el informe de la
OMS no ha tenido en cuenta otros muchos estudios donde se demuestra
exactamente lo contrario, su inocuidad. Desdice las conclusiones de los 17 de los mejores expertos en oncología del mundo que
revisaron a fondo estudios independientes aunque, eso sí, excluyendo
aquellos realizados por las empresas que buscaban la aprobación del
veneno para poder seguir vendiéndolo. A estas alturas, la independencia
de algunos expertos pagados por las multinacionales está más que en
entredicho.
Hace cincuenta años, el pesticida DDT se usaba en todo el mundo, hasta que el esencial libro de Rachel Carson Primavera Silenciosa demostró su peligrosidad en personas y medio ambiente. Para cuando se prohibió llevaba décadas matándonos.
...
Más:
http://blogs.20minutos.es/cronicaverde/2015/04/22/un-millon-de-firmas-contra-el-herbicida-mas-popular/
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