Hasta hace pocos años era una preocupación exclusiva de la comunidad
ambientalista y científica en Argentina. Pero hoy son también los
productores los que ven con inquietud los impactos negativos del modelo
agrícola de este país sudamericano, basado en el monocultivo,
transgénicos y agroquímicos.
Con más de la mitad de la superficie
agrícola cubierta por soja genéticamente modificada, que consume cada
vez mayores volúmenes de sustancias químicas contaminantes, la actividad
enfrenta ahora la resistencia social de muchas comunidades y la
incertidumbre de productores, que reconocen que deben abordarse cambios.
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http://www.rebelion.org/noticia.php?id=242631
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