Por:
Rodrigo Bernardo Ortega Junio de 2.018
Durante
la Guerra Fría, más del 80% del armamento militar y nuclear era
producido por Estados Unidos y la Unión Soviética. Un destacado
complejo industrial militar de la URSS se ubicaba en las regiones de
Odesa, los Cárpatos y Kiev en la actual república de Ucrania. Allí
se construyeron todo tipo de armamento balístico, aviones, barcos,
municiones y demás elementos que permitieron salvaguardar la
seguridad en el hemisferio oriental. En efecto, luego del desplome
del modelo soviético, en el territorio ucraniano quedaron 3.594
empresas de la industria militar en las cuales trabajaban
aproximadamente tres millones de personas
(https://es.rbth.com/cultura/technologias/2014/05/15/los_profundos_lazos_de_las_empresas_de_armamento_de_rusi_40075).
En los primeros años de su vida independiente, Ucrania fue un
referente de temas militares y un importante centro de exportación
de armas.
Sin
embargo, su destacado papel sólo obedecía al apoyo económico y
estratégico que recibía desde Moscú. De hecho para 1997, el número
de empresas de defensa en Ucrania se redujo a un quinto. De los 350
aviones que producía por año, construyó cero. Del igual manera, de
los 800 tanques que realizó en 1994, tres años más tarde no
produjo ninguno
(https://es.rbth.com/cultura/technologias/2014/05/15/los_profundos_lazos_de_las_empresas_de_armamento_de_rusi_40075).
Esta circunstancia permite evidenciar que la industria militar
ucraniana es casi inexistente y que lo poco que produce en la
actualidad se debe en gran medida al apoyo recibido por el Kremlin
como en la otrora época soviética. En otras palabras, sin la
participación de Rusia, Ucrania no podría producir más que tanques
y modelos antiguos que en el mundo de hoy son inoperantes, de ahí
que el papel de Moscú sea determinante para entender la realidad de
la industria militar ucraniana de hoy.
En
este sentido, el director del Centro de Análisis del Comercio
Mundial de Armas de Rusia, Ígor Korótchenko, aseguró que “Ucrania
acabó con la industria militar de la URSS”. Sus afirmaciones se
basan en el hecho de que tras obtener su independencia, Ucrania
remató todas las reservas militares que heredó de la URSS
desmantelando la industria y poniendo en venta el armamento a países
del tercer mundo para alimentar las guerras que allí se libran. Por
esa razón, Ucrania no tiene armas para librar sus combates.
Korótchenko agregó que “los negociantes ucranianos están detrás
de cada gran conflicto en Oriente Medio, en la cuenca del Pacífico y
en África”, razón por la cual, se han creado auténticas
estructuras mafiosas para el comercio ilegal de armas
(https://es.news-front.info/2017/10/13/ucrania-ha-vendido-todo-el-legado-militar-de-la-urss/).
Sumado
a los altos índices de corrupción y a los problemas de seguridad
internos, varios de los investigadores de la industria militar y
aeroespacial han decidido migrar a otras latitudes, fundamentalmente
a engrosar las filas de las empresas de defensa rusas.
Tras
su independencia en 1991, Ucrania obtuvo cerca de 2,4 millones de
toneladas de misiles soviéticos, cohetes, bombas y balas, por lo que
las municiones no caducadas ascendía a un 70%
(https://publimetro.pe/actualidad/noticia-ucrania-y-su-historial-nuclear-20914).
Debido a su miopía política, varios militares ucranianos
respaldados soterradamente por el gobierno central iniciaron la venta
de armas en distintas partes del mundo. Paradójicamente este hecho
permitió que la industria militar de ese país no se derrumbara en
su totalidad en los primeros años de la independencia.
Grandes
contratos de exportación fueron llevados a cabo con países de
África, Irak, India, Tailandia, China e incluso algunas naciones de
América Latina. Sin embargo, todas las armas eran reductos de la
época soviética, con lo cual, al acabarse las reservas, el gobierno
ucraniano no pudo continuar con la producción a causa de la
dependencia tecnológica con relación al gobierno ruso. En efecto,
se estima que más del 70% de los suministradores de sistemas y
accesorios de las empresas de defensa ucranianas se encuentran en
Rusia
(https://poderiomilitar-jesus.blogspot.fr/2014_05_16_archive.html),
hecho que muestra una vez más el bajo desarrollo militar de Kiev y
su inevitable subordinación en asuntos militares al Kremlin.
Las
estructuras mafiosas cerradas operan en la mayor parte de los
conflictos de la actualidad. Por esa razón, Ucrania se ha convertido
en un mercado negro de armas que cuenta con la participación de
personal del Servicio de Seguridad del país, altos funcionarios del
gobierno y empresarios que realizan los suministros de manera
clandestina. El papel del Estado central es colaborar en el
ocultamiento de los acuerdos y en la negación de la existencia de un
mercado que es más que visible. Dentro de las peligrosas actuaciones
de empresarios ucranianos relacionados con el gobierno está la venta
de armas a ISIS. Una investigación logró establecer que los misiles
portátiles tierra-aire FN-6 fueron entregados por autoridades
ucranianas. El material era trasladado de Ucrania a Turquía y luego
transferido a Siria para ser utilizados por los terroristas
(https://slavyangrad.es/2015/12/01/trafico-de-armas-desde-ucrania-hacia-el-isis/).
Desde luego las autoridades de Kiev negaron cualquier vínculo con la
venta de armas pero la realidad es que los rebeldes sirios cuentan
hoy con armamento proveniente de ese país. Estas actuaciones se
suman al tráfico de armas que ha involucrado a la élite ucraniana
como la venta de sistemas de radar antiaéreo al gobierno de Sadam
Hussein en el año 2000 o el envío de misiles de origen soviético
H-55 a Irán y China.
Además
de lo anterior, la entrega de misiles antiaéreos a ISIS no sólo se
produce de manera directa sino además a través de la intermediación
del gobierno catarí. En efecto, un grupo de hackers ucranianos
conocido como CyberBerkut, logró revelar la compra de armas por
parte de Catar al gobierno de Ucrania que tiene como destino final el
grupo rebelde sirio
(https://www.hispantv.com/noticias/siria/199360/catar-ucrania-pechora-isis-rusia).
Lo
irónico del caso es que las armas vendidas son de fabricación
soviética y utilizadas por los terroristas en contra de Rusia que
parece ser el único actor comprometido en la lucha contra ISIS. En
efecto, según el informe, el gobierno de Estados Unidos tuvo
conocimiento sobre el acuerdo económico y no se opuso en ningún
momento. De esto se puede deducir que por omisión la Casa Blanca
está permitiendo que los grupos rebeldes se fortalezcan y que la
guerra en Siria escale a proporciones indeseables. Mientras tanto, el
gobierno de Ucrania sigue comercializando en el mercado negro con
armas de otra época que han estancado su desarrollo militar.
Ahora
bien, los alcances de las negociaciones han sido tan grandes que
Ucrania ha tenido participación en la asesoría para la construcción
de misiles en Corea del Norte. Según Michael Elleman, del instituto
de Estudios Estratégicos, los misiles utilizados en las pruebas
realizadas por Pyongyang tenían como base motores RD-250 fabricados
en la ciudad ucraniana de Dnipró
(https://www.elespectador.com/noticias/el-mundo/ucrania-tienda-de-armas-ilegales-articulo-708026).
Aunque un informe del periódico The
New York Times
sugiere que los motores pudieron haber sido comprados por empleados
corruptos y llevados de contrabando a Corea del Norte por redes
criminales
(https://www.nytimes.com/2017/08/14/world/asia/north-korea-missiles-ukraine-factory.html),
la realidad es que los mismos empleados del Estado están
involucrados en las negociaciones así lo nieguen a través de
Alexandr Turnichov, Secretario del Consejo de Seguridad y Defensa de
Ucrania. Se estima que en la actualidad hay cinco millones de armas
de fuego ilegales en Ucrania lo que se suma a la compleja red de
venta que incluye toda clase de gobiernos y grupos que ponen en jaque
la seguridad del mundo.
Ucrania
se convirtió en un “supermercado” de armas pero no pensó en la
renovación de su armamento. De la tercera potencia nuclear luego de
la Guerra Fría, no queda sino un Estado corrupto que a través de
sus militares vende las armas para caldear guerras en distintas
partes del mundo. Las circunstancias muestran que sin la ayuda
estratégica de Moscú, Kiev no tiene el potencial necesario para
desarrollar su propia industria. Y a pesar de que la relación
militar era de mutua dependencia pues varios de los artefactos rusos
eran producidos en Ucrania, el conflicto desatado por causa de la
independencia en las Repúblicas populares del este del país ha
demostrado que el Kremlin puede continuar su camino sin problemas. En
efecto, en Rusia ya se han comenzado a producir motores para el avión
de entrenamiento Yak-130 que antes se producían en Ucrania. Este es
tan sólo un ejemplo del poder industrial ruso.
(https://es.rbth.com/cultura/technologias/2014/05/15/los_profundos_lazos_de_las_empresas_de_armamento_de_rusi_40075).
Para Ucrania, por el contrario, será mucho más complejo reemplazar
la ayuda que antes le otorgaba el gobierno soviético. Es claro que
por sus propios medios, la limitada industria militar ucraniana no
podrá obtener grandes avances al respecto. Cuando las reservas de
las armas de la Guerra Fría se terminen, entonces el gobierno de
Kiev estará desmantelado.
Quizás
anticipándose a esa situación, la administración de Petró
Poroshenko quiere buscar el ingreso a la OTAN a como dé lugar. Hace
pocos meses la Alianza Atlántica reconoció a Ucrania como un
aspirante oficial a tomar parte del organismo multilateral
(http://www.europapress.es/internacional/noticia-otan-reconoce-oficialmente-ucrania-aspirante-alianza-atlantica-20180310173105.html).
El ingreso de Ucrania a la organización sería catastrófico para la
seguridad de Europa, pues los gobiernos occidentales tendrían un
centro de operaciones en una antigua república soviética, con lo
cual se estaría ejerciendo una amenaza directa a los intereses de
Moscú. Si la ecuación se complementa con la venta ilegal de armas,
entonces podría afirmarse que Ucrania significa un peligro inminente
para aquellos estados que contravienen el modelo de occidente.
Si
el comercio ilegal de armas sigue formando parte del panorama
económico de Ucrania y si a eso se le suma la influencia y
participación de capitales extranjeros y el respaldo diplomático de
naciones como Estados Unidos, el delicado equilibrio de la seguridad
en el este de Europa podría ponerse en riesgo. Es claro que por sus
propios medios Ucrania no puede tener una industria militar y mucho
menos aeroespacial desarrollada, razón por la cual está interesada
en firmar acuerdos de cooperación con países que le permitan tener
un nuevo protagonismo en temas de defensa y al tiempo busca
financiarse a través de actos ilegales.
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