viernes, 8 de noviembre de 2013

Seguridad de transgénicos, en el banquillo

Un grupo internacional de 93 científicos cuestiona la seguridad alimentaria de los Organismos Genéticamente Modificados.
Por: Carla Almeida / Cortesía de www.scidev.net

    Seguridad de transgénicos, en el banquillo : Muestra de arroz transgénico. Flickr/ International Rice Research Institute 
     
    Que exista consenso científico sobre la seguridad de los organismos genéticamente modificados (OGM) es una afirmación engañosa y falaz, con potenciales efectos peligrosos para la regulación de estos organismos, según un grupo de científicos.

    La declaración fue suscrita la semana pasada (21 de octubre) por un grupo internacional de 93 científicos, académicos y médicos, reunidos en el marco de la Red Europea de Científicos de Responsabilidad Social y Ambiental, un organismo sin fines de lucro.

    Basándose en artículos y reseñas científicas que muestran datos contradictorios sobre la seguridad de los OGM para la salud humana y elmedio ambiente, argumentan que las afirmaciones de que existe un consenso acerca de la seguridad de los OGM, presentadas por los “desarrolladores de semillas GM y algunos científicos, comentaristas y periodistas”, es “engañosa y tergiversa la actual evidencia científica disponible y la amplia diversidad de opiniones entre los científicos sobre este tema”.


    Asimismo, podría fomentar un “clima de complacencia que daría lugar a una falta de rigor regulatorio y científico sin la debida precaución, lo que podría poner en peligro la salud de los seres humanos, los animales y el medio ambiente”.

    La investigación científica sobre la seguridad de los OGM “ha planteado más preguntas que las que se han respondido hasta el momento”, dicen, con resultados que tienen “matices, son complejos y con frecuencia contradictorios o no concluyentes, confundidos por las opciones y presunciones de los investigadores y de las fuentes de financiación”.

    Las decisiones sobre la introducción de los cultivos y alimentos GM deben involucrar a la sociedad en general, afirman, y no solamente a un “debate científico estrecho y a las agendas de investigación de bioseguridad actualmente pendientes”.

    “Deberían, además, estar apoyadas por una sólida evidencia científica sobre la seguridad a largo plazo de los cultivos y alimentos GM para la salud humana y animal y para el medio ambiente, obtenida de una manera honesta, ética, rigurosa, independiente, transparente y suficientemente diversificada para compensar los sesgos”, concluye la declaración.

    El agrónomo brasileño Leonardo Melgarejo, uno de los firmantes de la declaración, indica que al grupo le preocupa el aumento mundial del pensamiento acrítico e indiferente en torno a los argumentos contradictorios sobre la seguridad de los OGM y teme el impacto que esto pueda tener sobre la regulación de los cultivos y alimentos GM.
    “Nos preocupan las decisiones apoyadas en estudios simplistas, producidos por empresas interesadas, donde no se tiene acceso a los datos en bruto, y la gran desatención [mostrada] a las publicaciones independientes cuando estos argumentos contradictorios son transmitidos en campañas de mercadeo”, explica Melgarejo, quien trabaja en el Ministerio de Desarrollo Agrario de Brasil, uno de los más grandes productores de cultivos GM del mundo.

    Los autores de la declaración subrayan que la falta de estudios epidemiológicos que investiguen los potenciales efectos de los alimentos GM sobre la salud humana hace imposible demostrar la ausencia de daño.

    “Necesitamos estudios más detallados y de largo plazo”, reconoce Melgarejo. Cree que la declaración ayudará a posicionar de nuevo el debate y las decisiones relativas a los OGM.

    Pero Francisco Aragão, agrónomo de la Corporación Brasileña de Investigación Agrícola (EMBRAPA por sus siglas en portugués), no está de acuerdo con el contenido de la declaración y duda si tendrá mayor efecto sobre las decisiones políticas en torno a los OGM.

    “La mayoría de los científicos piensa que los protocolos de bioseguridad de los que dependen las entidades reguladoras de los países organizados son rigurosas —a veces excesivamente rigurosas, diría yo— y cuentan con datos sólidos sobre la seguridad de los productos examinados. Este es un consenso”, precisa Aragão.
    En su opinión, tanto la literatura como la práctica científica —los productos GM ya son sembrados y consumidos extensamente por la población mundial— confirman la seguridad de los OGM.

    Aunque Aragão acoge el debate sobre la tecnología, cree que, en este caso, la información presentada por el grupo no es suficientemente fiable para influir en la forma en que son tratados los OGM.

    “Las decisiones se pueden revisar en cualquier momento, siempre que exista un hecho muy fuerte. Como decimos, para hacer declaraciones fuertes se deben tener datos sólidos. En este caso las afirmaciones son fuertes pero los datos no”, concluye.
    Fuente:
    http://www.elespectador.com/noticias/educacion/seguridad-de-transgenicos-el-banquillo-articulo-457142

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