Por: Xaviera Cabada
Integrante de El Poder del Consumidor
Miembro de la Alianza por la Salud Alimentaria
Millones de personas mueren cada día como consecuencia de las
enfermedades crónico degenerativas a nivel mundial, las cuales se han
conviertido en una epidemia. Hay algo en el ambiente que nos está
enfermando a todos. La gran diferencia es que ese algo que nos está
enfermando ya no es un mosquito, una bacteria o un virus; ahora es La
Gran Industria de Alimentos y Bebidas siendo más difícil de controlar y
combatir, porque aunque se tiene la vacuna, no se aplica, ya que los
intereses del mercado prevalecen sobre la salud y la vida.
El sistema de mercado que se vive actualmente induce a la compra
desmesurada de bienes que activa la economía pero desgarra la salud y la
ecología. Los productos que se incentiva a consumir ⎯en materia de
alimentación⎯son principalmente productos procesados bajos en fibra (que
aumenta vida de anaquel), bajos en nutrientes (vitaminas, minerales,
microelmentos que son extraídos durante el proceso de
industrialización), altos en azúcares, grasas y sales (modificados
químicamente para aumentar palatabilidad y deseo de seguir consumiendo, o
adicción).
Estas modificaciones nutricias inevitablemente han tenido un fuerte
impacto en el organismo y metabolismo de los individuos. La
mercadotecnia cada vez se agudiza más y cada vez se ve menos todo lo que
hay detrás, las intenciones escondidas y los insumos que se requieren
para sostener este modelo depredador de hiperconsumo. Es así como poco a
poco este modelo de mercado se ha ido permeando exponencialmente.
Uno de los insumos más importantes para lograr sostener el ritmo de
alimentación moderno son los organismos genéticamente modificados, entre
los más importantes, el maíz transgénico. El maíz es una de las plantas
más completas en nutrientes que existe en la naturaleza y de las más
adaptables a los diferentes tipos de climas y suelos o condiciones
diversas de las regiones. Es así como surge la conveniencia de extraer
sus nutrientes a través de tecnología especializada, pero no sólo eso,
sino también modificar sus genes para poder generar cultivos masivos y
así lograr sostener todo un sistema dependiente del maíz genéticamente
modificado.
El maíz transgénico se utiliza para una amplia diversidad de propósitos
como: alimento de ganado, alimento de pollos, biocombustibles,
ingredientes diversos para productos alimenticios (jarabe de maíz de
alta fructosa, jarabe de maíz, vitaminas, minerales, proteínas, aceite,
almidones modificados, moléculas de glucosa, etc), forraje, empaques
desechables, entre otros.
Pareciera que el maíz transgénico es una gran bondad para el mundo, pero
es todo lo contrario. El uso de maíz transgénico sostiene un modelo
arrasador de los elementos básicos del mundo: agua, suelo, medio
ambiente, energía, así como la biodiversidad ante la utilización de los
agroquímicos más agresivos y fulminantes que existen.
Una de las grandes características de la semilla de maíz genéticamente
modificado es que las nuevas mazorcas no se pueden volver a sembrar ya
que éstas no crecerán, sino que se tiene que volver a comprar la semilla
para los nuevos cultivos. Lo peligroso de esto es que el maíz se
poliniza y existe evidencia de contaminación de maíces nativos con
maíces genéticamente modificados, lo que a largo plazo erradicaría las
especies nativas de los países que cuentan con diversidad de semillas
nativas, provocando una pérdida de soberanía alimentaria y
sustentabilidad haciendo a los países dependientes de las empresas
dueñas de las nuevas semillas modificadas, ya que algunas empresas
lograron patentarlas.
El modelo de consumo al que se nos ha sometido en la actualidad no es
sustentable a largo plazo, es un modelo que induce enfermedades
crónicas, que deteriora la tierra, que afecta la vida y los ecosistemas.
Es por ello que es urgente se priorice la salud de la población, el
equilibrio en las formas de cultivo, la protección de las nuevas
generaciones y el resguardo de la materia prima del mundo como lo es el
agua, las tierras, la biodiversidad y el medio ambiente en su totalidad.
De:
http://blogs.eluniversal.com.mx/weblogs_detalle19633.html
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