Monsanto está demandando la retractación contra los miembros de
Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Internacional para
la Investigación sobre el Cáncer (IARC) por el estudio publicado el 20
de marzo pasado que calificó al herbicida glifosato como "2A, posible
cancerígeno para humanos". La evidencia de la carcinogenicidad del
glifosato proviene de un estudio revisado por pares, publicado en la
revista científica The Lancet Oncology realizado por 17 expertos de 11
países.
-"Cuestionamos la calidad de la evaluación" manifestó el
vicepresidente de Monsanto de asuntos regulatorios Philip Miller y
agregó que "La OMS tiene algo que explicar."
Sonó como un jefe de
la mafia hablando de una pequeña empresa que se niega a pagar su coima
de protección. Lo que no pensó Miller al dar la nota, ni el “desbocado”
Dr. William "Bill" Moar, empleado de Monsanto, responsable técnico del
maiz IRM es que de aplicarle a la empresa, una de las más siniestras de
la historia, la “Ley Sarbanes Oxley”, conocida como SarOx ó SOA que
regula entre otras cosas las auditorías y penaliza el crimen corporativo
y de cuello blanco, Monsanto sería condenada de todo eso y más. Lo que
establece esta Ley es una responsabilidad en los informes y garantizar a
la compañía auditora que la información es “veraz y completa” y “de
público conocimiento”. Existe concenso entre los criminólogos
especializados en las corporaciones, al afirmar que el crimen y la
violencia corporativa infligen mucho más daño a la sociedad que el
conjunto de todos los crímenes callejeros.
Más pruebas
Ahora,
el producto químico tiene otra acusación en su contra. Un estudio
publicado cuatro días después, el 24 de marzo, por la Sociedad Americana
de Microbiología en la “Revista mBio” ha vinculado glifosato y otros
dos herbicidas utilizados ampliamente, el 2,4-D y el dicamba a una de
las crisis de salud pública más acuciantes de nuestro tiempo: la
resistencia a antibióticos.
...
Más:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=197451
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