jueves, 10 de noviembre de 2016

Volver los ojos a la milpa maya

Sin duda ha sido un acierto determinar que Yucatán debe ser un territorio libre del cultivo de organismos genéticamente modificados (o transgénicos), pero habrá que insistir en que no basta con evitar que se cultive, por ejemplo, soya transgénica, con todas las consecuencias ambientales que traería consigo ese paquete tecnológico. La mera prohibición no soluciona de manera íntegra y definitiva los problemas que encaran hoy las comunidades campesinas de Yucatán, predominantemente mayas.

Ahora toca poner la mirada en la seguridad alimentaria y en la apropiación sustentable del paisaje, que le es consubstancial. Tras prácticamente medio milenio de haber probado modelos de desarrollo agropecuario importados del occidente cristiano, primero de la España renacentista y después del capital estadounidense, nos encontramos con un campo fragmentado, deforestado, cubierto de praderas con pastos exóticos y de cultivos pensados para alimentar animales, o para exportar productos que no entiendo bien por qué se conocen como commodities, cuando más bien parecen resultar incómodos, para el bien vivir de los campesinos y para la calidad de los ecosistemas nacionales.
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https://www.lajornadamaya.mx/2016-11-09/Mas-alla-de-los-transgenicos

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