llevó a cabo en la ciudad de Santa Cruz el I Encuentro Nacional e Internacional por la Soberanía Alimentaria y contra los Transgénicos, donde participaron múltiples instituciones, colectivos y organizaciones campesinas e indígenas nacionales y regionales[1]. La declaración que salió del encuentro fue clara: una firme oposición a la introducción al país de semillas y alimentos genéticamente modificados y una reafirmación del derecho de los pueblos de producir sus propios alimentos y de conservar el patrimonio natural común[2]. La propuesta que emergió de este encuentro marcó una línea importante en la conformación discursiva para los líderes políticos y los gobiernos venideros.
Años después, durante la I Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra en Tiquipaya, Cochabamba, Evo Morales lanzaba un energético discurso en contra del uso de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) y del sistema alimentario y agroindustrial dominante[3]. El discurso de Morales en la Conferencia Mundial de los Pueblos no fue la única mención de esta índole. De hecho, parte importante del sujeto político de Morales de aquel entonces se construyó en base a un discurso marcadamente contrario a los OGM y del agronegocio, expresando incluso un latente deseo de declarar a Bolivia como “territorio libre de semillas transgénicos”[4].
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https://fundacionsolon.org/2022/09/21/semillas-transgenicas-y-transgenesis-politica/
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