Bendita es la tierra
bendita es la semilla,
de ella vivimos y en ella renacemos
Comunidad
de la Plataforma Nacional de Copartes de terre des hommes-Alemania
sobre la promulgación del D.S. 003-2011-AG, expedido el 14-abril-2011
por el gobierno del entonces presidente Alan García Pérez.
Emitir
un D.S. (No. 003-2011-AG) sin la consulta a las organizaciones de
pequeños agricultores guardianes de la agro biodiversidad en el Perú, y
de los consumidores peruanos, demuestra el proceder oscuro de los
intereses de las corporaciones transnacionales que estuvieron años
detrás de la aprobación de esta medida que el Gobierno Aprista se
obstinó en defender durante toda su gestión y que no es otra que, con el
argumento del hambre y de la mayor producción agrícola, permitir el
ingreso y promoción de las semillas transgénicas en la agricultura
nacional.
Esta medida inconsulta sigue mereciendo nuestro rechazo. Los peruanos merecemos saber lo que se produce y lo que comemos.
Esta medida inconsulta sigue mereciendo nuestro rechazo. Los peruanos merecemos saber lo que se produce y lo que comemos.
¿Estamos comiendo productos transgénicos en el Perú?. Claro que sí.
Los
laboratorios Cerper, y Andes Control, así lo testifican. Los grupos
Alicorp, Laive Suiza, e Inversiones San Fernando, entre otros, producen
estos alimentos que la población consume a diario. Su comprobación ha
llevado a que organizaciones de consumidores exijamos al gobierno el
etiquetado respectivo de los productos agrícolas y agroindustriales que
se expenden en el Perú, sea como productos de consumo final o como
insumo para la preparación de comida. Esta solicitud no tuvo eco alguno
por parte de ese gobierno alargando inútilmente la adecuación de las
corporaciones a la normatividad vigente. Los peruanos tenemos derecho a
saber lo que consumimos, un derecho hasta ahora negado o disimulado.
El turno ahora es de las semillas y la producción agrícola. Las corporaciones desde hace años están diseñando estrategias para hacer del Perú, el principal centro de agrobiodiversidad a nivel mundial, el área de su investigación, extensión y difusión de los transgénicos. Lo han logrado.
El turno ahora es de las semillas y la producción agrícola. Las corporaciones desde hace años están diseñando estrategias para hacer del Perú, el principal centro de agrobiodiversidad a nivel mundial, el área de su investigación, extensión y difusión de los transgénicos. Lo han logrado.
Lo que
va a ocurrir, en plena era de calentamiento global, es inimaginable. La
erosión genética en los Andes y la Amazonía es un hecho histórico que se
estaba tratando de revertir en esta última década con políticas y
acciones de la sociedad civil, organizaciones campesinas y nativas
(selváticas), y cierto sector del Estado, y cuyos resultados relevantes
han tenido sus efectos en la diversidad culinaria peruana. Estas
políticas y acciones de conservación in situ de las plantas cultivadas y
sus parientes silvestres, tiene, desde abril de 2011, un futuro
incierto pero pronosticable.
Se ha
documentado bastante sobre los efectos negativos de los productos
transgénicos sobre la diversidad de plantas cultivadas, la salud humana,
y el medio ambiente, pruebas que han conducido a las sociedades de
planeta a tener cautela y rechazo con su siembra y desarrollo. Ningún
habitante de nuestro mundo, que no sea técnico de las corporaciones y
político a su servicio, defiende a los transgénicos. Todos, sin ninguna
duda lo han rechazado por contravenir las reglas sensatas de una vida
sana.
¿Por
qué entonces permitir su ingreso al Perú? El objetivo explícito es
producir más. Sin embargo está demostrado que se puede producir igual y
mejor con la agricultura ecológica y nuestros saberes ancestrales. Perú
es cuna de conocimientos tradicionales: somos un Centro de Origen de
Plantas cultivadas que debemos proteger.
El
objetivo no parece ser otro que el negocio y con ello la desaparición de
las comunidades de pequeños agricultores indígenas y nativos del Perú
que viven, producen, son guardianes y consumen de esta diversidad. Las
semillas no se regenerarán por si solas ni se multiplicarán más bajo el
cuidado y aliento de nuestras comunidades. Nos volveremos dependientes
de las corporaciones para producir y comer.
La
Plataforma de copartes constituida por instituciones de la sociedad
civil peruana que acompañan de diversos modos a pequeños agricultores y
comunidades indígenas peruanas vemos en esta medida el inicio de un
proceso de desaparición de uno de nuestros bienes más preciados del
planeta: la biodiversidad biológica y cultural.
Al
tiempo que mostramos nuestra preocupación por las consecuencias cultural
y biológicas de la implementación del Decreto Supremo No. 003-2011-AG,
invocamos a las autoridades gubernamentales a dejarla totalmente sin
efecto y abrir el debate de sus contenidos a la población peruana, a sus
organizaciones de pequeños agricultores, y las organizaciones indígenas
del país, por ser ellos y sus campos de cultivo donde vive la
diversidad de semillas que nuestra naturaleza y las culturas que en ella
viven la han criado por milenios.
(Ilustración: Cortesía de http://radioalternativafm1055.blogspot.com)
Paqarinkama, hasta mañana lunes
De:
http://www.diariolavozdehuamanga.com/noticias/index.php?option=com_content&view=article&id=15421:2014-11-30-10-29-39&catid=20:local&Itemid=67
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