viernes, 27 de junio de 2014

La “consulta pública” para la Reforma del Campo en la era de la PeñaTransgeNietización

Hace unos días el Secretario de Agricultura de México Martínez y Martínez, declaró en Canadá junto con sus homólogos que el camino agrícola en México sería con la ayuda de la siembra de transgénicos[1]. También hace un par de días salió el archi-condecorado Francisco Bolívar Zapata (investigador emérito y ligado a los corporativos de Biotecnología desde hace décadas y actualmente coordinador de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Oficina de Presidencia de la República) a decir que: “harán una consulta pública para juntar evidencias científicas a favor (sic) de los transgénicos para hacer valer la ley que ya permite el uso de OGM y para que legisladores tomen decisiones bien sustentadas”[2]. La consulta pública que se realizará en algún momento aunque no se ha dicho cuándo ni dónde recuerda a otras que parecen ser parte de un modelo.
 
Los inicios de la “consulta pública”
 
En el año 2001 cuando Arturo Montiel era el entonces recién electo gobernador del Estado de México, el priismo estatal tuvo que integrar a las corrientes fragmentadas después de una flagrante simulación interna. La integración se fraguó a través de la inclusión de los derrotados en la elaboración de los planes y políticas públicas al mero Atlacomulco’s Style. La estrategia fue simple: Darles a los derrotados la posibilidad de participar en la elaboración del programa de trabajo y en la participación de los negocios e intereses con el acuerdo entre burócratas, “representantes” y los grupos privados.
 
Este “lobbie” tendría el mote de "participativo y público" y funcionó bastante bien para los priistas quienes con el Plan de Desarrollo Social hicieron jugosos negocios. Desde entonces empresas como Soriana incursionaron en el uso de tarjetas de consumo para organizar el reparto de despensas dentro del programa piloto “COMESA”, referente de la actual Cruzada contra el Hambre.
 
Para variar los priistas mexiquenses se traicionaron y fue así como nació la brillante idea de firmar acuerdos previos ante Notario Público (un aliciente para incitar a los desconfiados        –que requieren un documento que acredite su parte del motín– para volverse a sentar en la mesa). La "conciliación participativa" ante notario que EPN utilizó durante su campaña a gobernador era idéntica a las formas anteriores: Se diseñaba el plan con anticipación y luego se validaba en una “consulta participativa”.
 
Filtros de exclusión para “asegurar” la participación
 
La consulta pública se componía de varios filtros para evitar cualquier situación “incómoda”:
 
·         Primer Filtro “infraestructura cibernética”: El trámite se realizaba por internet así que se requería de una computadora y conexión. Era bastante sencillo: Se promovía la consulta por los medios oficiales. Luego los interesados escribían a una dirección mail enviando su propuesta en forma de ponencia.
 
·         Segundo filtro “la selección de ponencias no contrariantes”: Si la ponencia no era “contraria a los intereses oficiales” se enviaba un registro con los datos del lugar y fecha donde se realizaría la consulta y una contraseña para recoger un gafete que daba la garantía de participar. La participación se dividía en mesas tal como se dividen las secretarias de gobierno.
 
·         Tercer filtro “el acceso dentro de espacios parciales”: Las consultas participativas se realizaban en las grandes casas de los caciques priistas (con todo y sus guaruras en puerta trasera y delantera). Una vez dentro de los fastuosos jardines, los participantes eran recibidos por elegantes edecanes (práctica común y no exclusiva de Cuauhtémoc Gutiérrez[3]) quienes validaban si el gafete estaba en su lista. Toda vez validado, se indicaba en cual carpa estaba ubicada la mesa de trabajo.
 
·         Cuarto filtro “el hambre del lejano”: Había un gran buffet con suculentos desayunos pagado por el pueblo pero cerrado a una iniciativa partidista. Esto hacía que casi nadie estuviese en las carpas sino en las mesas dispuestas para desayunar. O se asistía a la incómoda y calurosa carpa o se desayunaba magnánimamente en un ambiente relajado y abierto que por cierto no incluía baños, así que el que caía en la trampa del desayuno tenía que abandonar en breve el encuentro.   
 
·         Quinto filtro “la demagogia patriarcal y el institucionalismo”: Ya dentro de la carpa había un montón de sillas en forma de escuelita de gobierno llenas de campesinos hombres e institucionales (sombrerudos, con botas y con grandes hebillas) quienes utilizaban sus diez minutos para exponer las ideas a incluir al plan. Los primeros cinco minutos eran para saludar a los presentes y agradecer al candidato a gobernador por su esfuerzo democrático, y los siguientes cinco para exponer “la necesidad de modernidad en el campo”.
 
·         Sexto filtro “La selección de las propuestas por los relatores”: Ya expuestos sus puntos, se procedía al “aplausómetro” mientras dos jóvenes, los únicos medianamente atentos a lo que se decía, capturaban desde atrás de la carpa, las ideas que ellos consideraban sobresalientes. Al final de la declaratoria se leía a quienes quedaban el programa general.
 
·         Séptimo filtro “La simulación total”: Independientemente de que los ponentes tuvieran o no la precaución de verificar que se agregaran sus aportaciones a la relatoría general. Estas no saldrían en el impreso del programa porque sencillamente, no se puede aportar nada a algo que ya está escrito, diseñado, editado y en imprenta antes de nacer.
 
El lobbie PeñaTransgeNietista: procedimientos y pronósticos
 
Lo mismo está pasando ahora con la consulta pública para siembra de maíz transgénico a nivel comercial. Sólo que antes, en las épocas de elección, al menos se hacía la faramalla de “lo participativo” pero ahora la consulta pública se decide en corto y de forma unilateral por un lobbie de actores estatales y privados[4]. Ya no hace falta que el acuerdo se firme ante notario público porque finalmente es la cámara de diputados el “gran notario” ahora. La Reforma al Campo que vende como "participativa" esta desde hace rato negociada por el lobbie transgénico-priista para votarse en fast-track al mismo estilo que hicieron con la reforma energética[5].
 
Los argumentos de los diputados serán lo que ya sabemos: “que los transgénicos son para alimentar a los mexicanos que padecen hambre” y entonces procederán a dar despensas “de engorda” para que los campesinos minifundistas ya desposeídos (los mismos a los que llevan 30 años fastidiando y limitando de cualquier apoyo público para sus sectores productivos) no se vean tan flacos.
 
En lugar de fortalecer la producción de los sistemas productivos, garantizar precios para el maíz nativo, establecer esquemas de conservación para la biodiversidad local y la cultura indígena, se dotarán como estilan de semillas y alimentos transgénicos a esos ex campesinos que todavía sigan dentro del padrón de beneficiarios del Oportunidades y del Progresa (o de programas locales[6]).
 
También saldrá la secretaría de Salud Pública y algunos eméritos del Instituto Nacional de Nutrición para avalar que los alimentos transgénicos son incluso benéficos -como lo han hecho- y habrá cifras alentadoras y elocuentes de la SAGARPA y la SEMARNAT reportadas en el SIAP para reafirmar que “México es un país que hasta exporta maíz transgénico a sus vecinos centroamericanos”.
 
Después más de lo mismo de siempre: Vendrá el BID, o la CEPAL a reportar en un estudio que el caso mexicano es un modelo ejemplar, y entonces el Banco Mundial tomará al caso del maíz transgénico en México como una referencia para ejecutarlo a nivel planetario (tal y como hacen actualmente con el fatídico programa REDD+).
 
Esta será la historia que le contarán los abuelos a sus nietos desde sobre cómo desparecieron de los países mega-diversos biológica y culturalmente como México, Guatemala, Nicaragua, Honduras, Costa Rica, El Salvador, Perú, Bolivia, Venezuela, Ecuador, y Brasil entre otros, la biodiversidad cultivada y el modo de vida campesina
 
Esbozos de las consecuencias socio-geográficas
 
Y colorín colorado, es así como Mesoamérica con su gran historia y riqueza biológica quedó acabada por el sueño neoliberal: Ciudadanos sin derechos sociales, laborales, económicos, culturales ni alimentarios que vivan en la toxica ignorancia televisiva y se alimenten de comida chatarra. Geográficamente México lucirá así:
 
·         En el norte (Nuevo León, Sinaloa, Chihuahua, Durango, Coahuila) será un Paraguay de glifosato y enfermedades.
 
·         En el centro (Edomex, Querétaro, León, Hidalgo, Guerrero, Michoacán, Jalisco) seguirá la expansión de la Gran Chimalhuacán, un polo urbanizado empobrecido parecido a una “India pero en chiquita”.
 
·         En el sureste (Yucatán, Campeche, Oaxaca, Chiapas, Chetumal) la continuación de esta especie de actual Belice o Honduras con minifundios improductivos exportadores de mano de obra.
 
La resistencia campesina debe de continuar su trabajo fuera de los márgenes de la simulación de las “consulta públicas”. No se pueden bajar los brazos ahora, menos ahora que nunca o México y Centroamérica (cuna mesoamericana del maíz) continuarán la dolorosa senda hacia la desestructuración social y económica, sin sistemas locales agroalimentarios y con campesinos despojados por el lobbie público-privado.
 
- Renzo D’Alessandro es Sociólogo Rural y candidato a doctor en Socio-antropología por la Universidad Paul Valery de Francia.
 


[1] La Jornada 23 de mayo de 2014. URL: http://www.jornada.unam.mx/2014/05/23/opinion/022a1pol
[2] Periódico Crónica del 17 de junio de 2014. URL: http://www.cronica.com.mx/notas/2014/839402.html
[3] Revista electrónica Sin Embargo: http://www.sinembargo.mx/16-04-2014/964307
[5] La Jornada, el 15 de junio de 2014 URL: http://www.jornada.unam.mx/2014/06/15/politica/002n1pol
[6] Periódico Cuarto Poder, 11 de junio de 2014. URL: http://www.cuartopoder.mx/44-mil-790-paquetes-de-insumos-agricolas/


De:
http://www.alainet.org/active/74789&lang=es

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