http://www.ecoportal.net/Eco-Noticias/Mercado_de_agroquimicos_en_Argentina_baja_el_uso_de_glifosato_crecen_los_productos_mas_potentes_y_los_plaguicidas_llegan_a_toda_la_agricultura
Pese a la acumulación de evidencias respecto de su toxicidad, y la multiplicación de casos de personas afectadas por mantener contacto directo o indirecto con estos productos, el mercado de agroquímicos sigue en expansión en la Argentina y pese al cambio en la demanda la facturación garantiza cada vez más millones a los actores del sector.
Pese a la acumulación de evidencias respecto de su toxicidad, y la multiplicación de casos de personas afectadas por mantener contacto directo o indirecto con estos productos, el mercado de agroquímicos sigue en expansión en la Argentina y pese al cambio en la demanda la facturación garantiza cada vez más millones a los actores del sector.
En los últimos días, este autor accedió a un monitoreo de la consultora
Pampas Group que, basado en los números comerciales de las empresas que
integran la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE),
revela que en el último año el negocio de vender químicos creció 3%
respecto de 2012 asegurándole a Monsanto, Dow, Syngenta y compañía una
facturación superior a los 2.500 millones de dólares.
El trabajo en cuestión, acercado por especialistas del Centro de Estudios Legales del Medio Ambiente (CELMA), arroja conclusiones contundentes acerca de la pérdida de efectividad del glifosato –que, aun así, representa el 65% del total de plaguicidas que se vierten en el país–, el incremento en la demanda de otros herbicidas “por la creciente presión de malezas resistentes”, la aplicación de formulaciones cada vez más potentes, y el uso ampliado de dos insecticidas en particular: flubendiamide –fabricado por Bayer, y comercializado bajo la etiqueta “Belt 48 SC” –, y rynaxypir –DuPont lo ofrece con la identidad “Coragen”–.
Pampas Group revela que en 2013 disminuyó la cantidad de litros pulverizados en la Argentina –poco más de 281 millones en contraposición a los 317 de 2012–, pero vincula ese descenso no a la decisión de proveedores, productores o gobiernos, sino al peso de un factor climático: la fuerte sequía que se extendió hasta bien entrada la primavera pasada, y que habilitó el ahorro del agroquímico que tradicionalmente se fumiga en la etapa de barbecho.
Otro aspecto que expone el informe radica en el uso de compuestos cada vez más peligrosos. Así, mientras que en 2012 la aplicación en los campos de la Argentina de productos Clase Toxicológica II era de un 12%, la industria ahora reconoce que esa marca que distingue a los químicos nocivos ya alcanza al 16 por ciento. El incremento en cuestión se da en detrimento de los productos Clase IV –aquellos que las empresas definen como inocuos, pese a que abundan los reportes que revelan lo contrario–, cuya demanda bajó un punto de un año a otro (79% de 2012 a 78% en 2013).
Pero, más allá de estos datos –que este autor expondrá más abajo mediante diferentes gráficos–, lo alarmante que transmite el relevamiento de Pampas Group deviene de los tipos de cultivos que se desarrollan hoy en el país y cómo ninguno escapa a un sistema de producción basado en la aplicación de agroquímicos.
Así, las fumigaciones con plaguicidas alcanzan a la siguiente nómina de productos agrícolas:
• Algodón
• Arroz
• Caña de azúcar
• Cítricos
• Frutales de carozo
• Frutales de pepita (manzana, pera)
• Girasol
• Hortalizas
• Maíz
• Maní
• Papa
• Pasturas
• Arándano
• Poroto
• Soja
• Tabaco
• Trigo
• Cebada
• Vid
• Granos almacenados
Los millones del negocio
Aunque la relevancia en términos de impacto sanitario mantiene un vínculo directo con el tipo y la cantidad de litros de agroquímicos aplicados, para las empresas proveedoras la relevancia del mercado argentina se ajusta directamente a los niveles de facturación que asegura el agro local.
En ese aspecto, el monitoreo de Pampas Group destaca que sólo el glifosato aseguró al sector una facturación por encima de los 1.000 millones de dólares. Detrás de este compuesto se ubican los denominados “Otros herbicidas”; categoría que no hacen más que reemplazar nombres de probada toxicidad como 2,4-D, atrazina o diclosulam.
El siguiente cuadro revela cómo se divide la facturación por sustancia:
Ahora bien ¿qué ocurre con las cantidades? ¿Cómo se divide la torta en
términos de litros o kilos? La imagen a continuación confirma que el
glifosato,
con más de 182 millones de litros volcados a los campos de la
Argentina, lidera con comodidad el consumo que llevan a cabo los
productores:
Litros y dólares
El informe al que accedió este autor refleja que en el último año se pulverizaron menos litros en la actividad agraria aunque, como se expuso en el exordio de texto, esto ocurrió como consecuencia de la extensa sequía.
A continuación, cómo viene evolucionando el uso de agroquímicos en el país:
Por supuesto, la menor aplicación lejos está de menguar la ganancia
económica de los proveedores. Muy por el contrario, las empresas del
segmento obtuvieron durante 2013 la mayor facturación de los últimos
quince años.
Para ser más claro, desde el ingreso de la soja transgénica en el sistema agrícola del país y más allá de los cambios de gobierno o avatares de la macroeconomía, no hubo un solo período en el que las compañías no registren números económicos en alza.
El detalle:
Compuestos y etiquetas que facturan
En lo que hace a los compuestos y sustancias con mayor demanda y que, por ende, garantizan mayores dividendos a los privados, glifosato, 2,4-D, atrazina, diclosulam y cletodim, todos herbicidas, integran el “top 5” de productos más rentables.
Detrás se ubican la combinación azoxistrobina + cyproconazole (fungicida), rynaxypyr (insecticida), haloxifop (herbicida), clorpirifos (insecticida), y flubendiamide.
El detalle, con sus facturaciones acumuladas:
Trasladado a marcas y fabricantes, los nombres de los grandes ganadores
son conocidos: el producto más vendido en la Argentina es el Sulfosato
Touchdown, el glifosato de Syngenta, pero apenas detrás se ubican el
Roundup Ultramax y el Roundup Full II, ambos de Monsanto.
Dow es la poseedora del cuarto plaguicida más vendido: su formulación de glifosato Panzer Gold. Luego le sigue el glifosato Atanor II –de la firma homónima–, el herbicida Spider (de Dow, basado en diclosulam), el glifosato Power Plush II de Atanor, el 2,4-D Herbifen Super de la misma empresa, el fungicida Amistar Xtra de Syngenta, y la atrazina Bicep Pack Gold también desarrollada por el fabricante antes mencionado.
Volcados a un listado:
Peligrosidad creciente
El relevamiento de Pampas Group, basado siempre en lo declarado por las proveedoras que integran CASAFE, deja en claro que en el agro argentino se utilizan agroquímicos cada vez más tóxicos.
Al respecto, los números del último período revelan que los plaguicidas nocivos (clase II), ya representan el 16% del total de sustancias que se aplican. En 2012, el indicador alcanzaba al 12 por ciento. Al mismo tiempo, los compuestos de menor peligrosidad bajaron del 79 al 78 por ciento en la estadística total de químicos utilizados.
Expuesto en un gráfico, el escenario es el siguiente:
En sus conclusiones, el relevamiento también hace referencia al
incremento en la demanda de formulaciones más potentes del pesticida que
presenta mayor demanda: el glifosato.
Pampas Group explica que hay “una caída de cantidad del 25% respecto de 2012 en productos de concentración de 360 Gs/Litro (comúnmente denominado ‘genérico’), mientras que en el subsegmento de glifosato formulación ‘líquida’ con concentración superior de 360 Gs/Litro el incremento fue del 3%...”.
“Se sigue manteniendo la tendencia de consumo de productos de mayor concentración…”, indica el trabajo.
No existe agricultura sin químico
Por último, la medición pone al desnudo la consolidación en la Argentina de una estructura de producción agrícola que, basada en la aplicación sistemática de agroquímicos, prácticamente ya no excluye a ninguna variedad de cultivo.
Con la soja a la cabeza, los pesticidas hoy se utilizan para producir desde maíz hasta peras, pasando por trigo, cebada, girasol, maní, caña de azúcar o naranjas. Poroto, tabaco, vid, papa, algodón, arroz, manzana, frutales de carozo, y hortalizas, son otros de los productos surgidos de la tierra que acumulan litros de agroquímicos cada año.
¿Cómo se reparte esta utilización de químicos? Las proporciones, medidas en litros:
Para el final, la ganancia que este sistema ajustado al uso
indiscriminado de plaguicidas le asegura a las empresas. Todo, medido en
dólares y, por supuesto, detallado cultivo por cultivo:
Ecoportal.net
Eleisegui
http://el-galo.blogspot.com.ar
El trabajo en cuestión, acercado por especialistas del Centro de Estudios Legales del Medio Ambiente (CELMA), arroja conclusiones contundentes acerca de la pérdida de efectividad del glifosato –que, aun así, representa el 65% del total de plaguicidas que se vierten en el país–, el incremento en la demanda de otros herbicidas “por la creciente presión de malezas resistentes”, la aplicación de formulaciones cada vez más potentes, y el uso ampliado de dos insecticidas en particular: flubendiamide –fabricado por Bayer, y comercializado bajo la etiqueta “Belt 48 SC” –, y rynaxypir –DuPont lo ofrece con la identidad “Coragen”–.
Pampas Group revela que en 2013 disminuyó la cantidad de litros pulverizados en la Argentina –poco más de 281 millones en contraposición a los 317 de 2012–, pero vincula ese descenso no a la decisión de proveedores, productores o gobiernos, sino al peso de un factor climático: la fuerte sequía que se extendió hasta bien entrada la primavera pasada, y que habilitó el ahorro del agroquímico que tradicionalmente se fumiga en la etapa de barbecho.
Otro aspecto que expone el informe radica en el uso de compuestos cada vez más peligrosos. Así, mientras que en 2012 la aplicación en los campos de la Argentina de productos Clase Toxicológica II era de un 12%, la industria ahora reconoce que esa marca que distingue a los químicos nocivos ya alcanza al 16 por ciento. El incremento en cuestión se da en detrimento de los productos Clase IV –aquellos que las empresas definen como inocuos, pese a que abundan los reportes que revelan lo contrario–, cuya demanda bajó un punto de un año a otro (79% de 2012 a 78% en 2013).
Pero, más allá de estos datos –que este autor expondrá más abajo mediante diferentes gráficos–, lo alarmante que transmite el relevamiento de Pampas Group deviene de los tipos de cultivos que se desarrollan hoy en el país y cómo ninguno escapa a un sistema de producción basado en la aplicación de agroquímicos.
Así, las fumigaciones con plaguicidas alcanzan a la siguiente nómina de productos agrícolas:
• Algodón
• Arroz
• Caña de azúcar
• Cítricos
• Frutales de carozo
• Frutales de pepita (manzana, pera)
• Girasol
• Hortalizas
• Maíz
• Maní
• Papa
• Pasturas
• Arándano
• Poroto
• Soja
• Tabaco
• Trigo
• Cebada
• Vid
• Granos almacenados
Los millones del negocio
Aunque la relevancia en términos de impacto sanitario mantiene un vínculo directo con el tipo y la cantidad de litros de agroquímicos aplicados, para las empresas proveedoras la relevancia del mercado argentina se ajusta directamente a los niveles de facturación que asegura el agro local.
En ese aspecto, el monitoreo de Pampas Group destaca que sólo el glifosato aseguró al sector una facturación por encima de los 1.000 millones de dólares. Detrás de este compuesto se ubican los denominados “Otros herbicidas”; categoría que no hacen más que reemplazar nombres de probada toxicidad como 2,4-D, atrazina o diclosulam.
El siguiente cuadro revela cómo se divide la facturación por sustancia:
El informe al que accedió este autor refleja que en el último año se pulverizaron menos litros en la actividad agraria aunque, como se expuso en el exordio de texto, esto ocurrió como consecuencia de la extensa sequía.
A continuación, cómo viene evolucionando el uso de agroquímicos en el país:
Para ser más claro, desde el ingreso de la soja transgénica en el sistema agrícola del país y más allá de los cambios de gobierno o avatares de la macroeconomía, no hubo un solo período en el que las compañías no registren números económicos en alza.
El detalle:
En lo que hace a los compuestos y sustancias con mayor demanda y que, por ende, garantizan mayores dividendos a los privados, glifosato, 2,4-D, atrazina, diclosulam y cletodim, todos herbicidas, integran el “top 5” de productos más rentables.
Detrás se ubican la combinación azoxistrobina + cyproconazole (fungicida), rynaxypyr (insecticida), haloxifop (herbicida), clorpirifos (insecticida), y flubendiamide.
El detalle, con sus facturaciones acumuladas:
Dow es la poseedora del cuarto plaguicida más vendido: su formulación de glifosato Panzer Gold. Luego le sigue el glifosato Atanor II –de la firma homónima–, el herbicida Spider (de Dow, basado en diclosulam), el glifosato Power Plush II de Atanor, el 2,4-D Herbifen Super de la misma empresa, el fungicida Amistar Xtra de Syngenta, y la atrazina Bicep Pack Gold también desarrollada por el fabricante antes mencionado.
Volcados a un listado:
El relevamiento de Pampas Group, basado siempre en lo declarado por las proveedoras que integran CASAFE, deja en claro que en el agro argentino se utilizan agroquímicos cada vez más tóxicos.
Al respecto, los números del último período revelan que los plaguicidas nocivos (clase II), ya representan el 16% del total de sustancias que se aplican. En 2012, el indicador alcanzaba al 12 por ciento. Al mismo tiempo, los compuestos de menor peligrosidad bajaron del 79 al 78 por ciento en la estadística total de químicos utilizados.
Expuesto en un gráfico, el escenario es el siguiente:
Pampas Group explica que hay “una caída de cantidad del 25% respecto de 2012 en productos de concentración de 360 Gs/Litro (comúnmente denominado ‘genérico’), mientras que en el subsegmento de glifosato formulación ‘líquida’ con concentración superior de 360 Gs/Litro el incremento fue del 3%...”.
“Se sigue manteniendo la tendencia de consumo de productos de mayor concentración…”, indica el trabajo.
No existe agricultura sin químico
Por último, la medición pone al desnudo la consolidación en la Argentina de una estructura de producción agrícola que, basada en la aplicación sistemática de agroquímicos, prácticamente ya no excluye a ninguna variedad de cultivo.
Con la soja a la cabeza, los pesticidas hoy se utilizan para producir desde maíz hasta peras, pasando por trigo, cebada, girasol, maní, caña de azúcar o naranjas. Poroto, tabaco, vid, papa, algodón, arroz, manzana, frutales de carozo, y hortalizas, son otros de los productos surgidos de la tierra que acumulan litros de agroquímicos cada año.
¿Cómo se reparte esta utilización de químicos? Las proporciones, medidas en litros:
Eleisegui
http://el-galo.blogspot.com.ar
De:
http://www.ecoportal.net/Eco-Noticias/Mercado_de_agroquimicos_en_Argentina_baja_el_uso_de_glifosato_crecen_los_productos_mas_potentes_y_los_plaguicidas_llegan_a_toda_la_agricultura
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