Las personas que piensan que los pesticidas
podrían tener alguna relación con los casos de microcefalia en Brasil
están siendo atacadas como defensores de una conspiración sin ninguna
base racional. Claire Robinson analiza detenidamente los mitos que nos
están vendiendo.
Por Claire Robinson, 25 de febrero de 2016
Hace poco publiqué un artículo sobre el Informe de la Organización de Médicos de Pueblos Fumigados de Argentina
y de los investigadores de salud pública de Brasil, ABRASCO, donde se
planteaba la posibilidad de que un larvicida, el piriproxifeno, podría
estar relacionado con los casos de defectos de nacimientos, que implican
una cabeza anormalmente pequeña (microcefalia). El piriproxifeno se ha
añadido en los depósitos abiertos donde se almacena agua potable para
interferir en el desarrollo de los mosquitos portadores de enfermedades,
bien matándolos o impidiendo que se desarrollen adecuadamente.
The Ecologist publicó una versión de mi artículo, que junto con la publicación originalmente aparecida en GMWatch,
adquirió rápidamente una amplia difusión, lo que hizo que fuese
recogida por muchos medios de comunicación. Pero también supuso una
áspera reacción, que más bien parecía toda una brigada unida bajo un
grito unánime, condenando a cualquiera que diese visos de validez al
Informe de los médicos argentinos.
Sin embargo, a veces este coro de condena ha actuado
de una forma muy hipócrita, no dando ninguna validez a los médicos
argentinos, e informando de manera parcial y errónea acerca de lo que
los médicos en realidad están sugiriendo.
Los defensores de los plaguicidas se han inventado eso de que unos teóricos de la conspiración han dicho que los plaguicidas provocan Zika
...
Más:
https://noticiasdeabajo.wordpress.com/2016/02/26/zika-microcefalia-y-pesticidas-medias-verdades-histeria-y-derechos-adquiridos/
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