Lo mejor de los transgénicos es que en
todo el mundo han despertado una enorme reacción en su contra. Aunque
las transnacionales que los manejan gastan cientos de millones de
dólares en propaganda, corrupción de científicos y gobiernos, para
tratar de convencernos de que son inocuos y hasta mejores que las
semillas híbridas, no lo logran.
La mayoría de la gente, en cualquier
parte del mundo, prefiere no comer transgénicos. Muchos no pueden
evitarlo, porque no saben qué alimentos los contienen: las empresas han
hecho todo lo posible para que ni siquiera se etiqueten. Pero aún así,
la actitud de rechazo continúa, aunque los transgénicos sean impuestos
en campo o alimentos, no existe resignación.
...
Más:
No hay comentarios:
Publicar un comentario