Durante
quince años, una de las actuaciones enmarcadas en la lucha
estadounidense contra las drogas ha sido la destrucción de cultivos de
coca en Colombia con fumigaciones aéreas de glifosato. Esta práctica se
frenó en 2015, cuando la IARC (Agencia de la Organización Mundial de la
Salud que investiga el cáncer) clasificaba el glifosato como "probablemente carcinogénico". Las
aplicaciones aéreas implican que el glifosato no sólo cae sobre los
cultivos de coca, sino también sobre otros cultivos de los alrededores,
sobre la vegetación silvestre, fuentes de agua, personas, etc.
Según algunos, las fumigaciones constantes con glifosato han llevado a la aparición de variedades de coca tolerantes a este herbicida (como la llamada Boliviana Negra). Por razones evidentes, es difícil encontrar fuentes fiables que respalden este dato, aunque no sería descabellado: en otros lugares, la aplicación de grandes cantidades de glifosato ha llevado a que otras especies desarrollen resistencia a este herbicida simplemente debido a la selección natural (aquellas plantas en las que aparece una mutación que les permite tolerar las aplicaciones se reproducen preferentemente, y dejan de poder controlarse con el herbicida).
El gobierno colombiano ha anunciado en estos días que se retomarán las fumigaciones de coca con glifosato, aunque en este caso no se hará desde el aire. Es previsible que esta decisión desate una nueva polémica en el país, ya que las fumigaciones de los cultivos de coca son también un punto importante en las negociaciones de paz con las FARC.
Según algunos, las fumigaciones constantes con glifosato han llevado a la aparición de variedades de coca tolerantes a este herbicida (como la llamada Boliviana Negra). Por razones evidentes, es difícil encontrar fuentes fiables que respalden este dato, aunque no sería descabellado: en otros lugares, la aplicación de grandes cantidades de glifosato ha llevado a que otras especies desarrollen resistencia a este herbicida simplemente debido a la selección natural (aquellas plantas en las que aparece una mutación que les permite tolerar las aplicaciones se reproducen preferentemente, y dejan de poder controlarse con el herbicida).
El gobierno colombiano ha anunciado en estos días que se retomarán las fumigaciones de coca con glifosato, aunque en este caso no se hará desde el aire. Es previsible que esta decisión desate una nueva polémica en el país, ya que las fumigaciones de los cultivos de coca son también un punto importante en las negociaciones de paz con las FARC.
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