Sofía Gatica es la cabeza visible de una amplia lucha contra los transgénicos y contra la transnacional agroquímica. Cuatro años después de relatar a Pikara Magazine su oposición al uso del glifosato, desgrana su última batalla: la paralización de una de las mayores construcciones del mundo del agronegocio. Monsanto se ha ido de la localidad de Malvinas Argentinas.
-La lucha contra el gigante Monsanto, ¿es una guerra perdida?
-Donde han ido, han dejado desolación y muerte.
Por eso es una batalla que vamos a ganar, nos va a costar, pero se la vamos a ganar.
(Sofía Gatica, durante un encuentro con Pikara Magazine, octubre 2012)
Una tarde de finales de 2001, Sofía decidió ir casa por casa hasta “armar un mapa con los enfermos” más próximos. “Me junté con otras vecinas y durante tres meses recorrimos el barrio”, recuerda. Resultó que la vida estaba comunicando en Ituzaingó, un arrabal al sudeste de la ciudad argentina de Córdoba: “Empecé a ver a mucha gente con mascarilla y con pañuelos en la cabeza. Yo ya había perdido a mi hija, con una malformación en el riñón. Lo mismo que Susana, la señora de enfrente. Y que Verónica, que vivía al lado. Y Marcela también tenía un hijo con malformaciones”. Desde los primeros compases, estas madres comprendieron que nunca más dejarían atrás su uniforme de lucha, que estaban unidas para bien o para mal con la historia.
Aquel atlas de las desgracias cercanas, una especie de orografía arrugada con ira por el paso del tiempo, se transformó en un informe archivado en el Ministerio de Salud del país suramericano. Entre sus páginas, la constatación ciudadana de que las fumigaciones con glifosato (el herbicida más vendido del mundo) provocaban cáncer y leucemia: “Encontramos 300 casos de cáncer y casi 80 fallecidos, sin contar con las malformaciones. Registramos ratios muy superiores a los normales”.
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http://www.pikaramagazine.com/2017/01/la-argentina-que-desterro-a-monsanto/
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