Entrevistamos a Jeremy Seifert, autor del documental 'GMO OMG', en el que cuenta cómo ha recorrido EEUU con su familia para denunciar uno de los grandes problemas de la industria alimentaria.
11 de marzo de 2013 -07:38 h.
¿Qué hace que un padre de familia estadounidense se decida a recorrer
su país y parte del extranjero para rodar un documental sobre los
productos transgénicos y darse cuenta de que resulta casi imposible
escapar de los llamados Alimentos Genéticamente Modificados (GMO)?
Los granjeros de Haití no dudaron en quemar cerca de 500 toneladas de semillas transgénicas donadas por la multinacional agrícola Monsanto en 2010, tras la llegada del terremoto que asoló la zona.
Fue la rabia de la gente la que inspiró a Jeremy Seifert, explica a S Moda el director de "GMO OMG". Se preguntaba por qué la sociedad estadounidense, por lo general más acomodada que la haitiana, no encontraba tiempo para preocuparse por asuntos como este. Luego pensó en sus tres hijos. El mayor de ellos vive obsesionado con las semillas. Con el documental les explica sobre la enorme presencia de estos productos en su alimentación al tiempo que alerta al espectador sobre el tema.
En su intento por hacer más transparente el sector alimenticio estadounidense ideó este proyecto que presentó en la web Kickstarter, para así financiarse a partir de donaciones anónimas. “Multinacionales químicas te alimentan a ti y a tu familia con comida no testada, ni etiquetada y modificada genéticamente”, anunciaba Seifert. Solicitó 25.000 dólares y obtuvo más de 30.000 gracias a las contribuciones ajenas.
Los granjeros de Haití no dudaron en quemar cerca de 500 toneladas de semillas transgénicas donadas por la multinacional agrícola Monsanto en 2010, tras la llegada del terremoto que asoló la zona.
Fue la rabia de la gente la que inspiró a Jeremy Seifert, explica a S Moda el director de "GMO OMG". Se preguntaba por qué la sociedad estadounidense, por lo general más acomodada que la haitiana, no encontraba tiempo para preocuparse por asuntos como este. Luego pensó en sus tres hijos. El mayor de ellos vive obsesionado con las semillas. Con el documental les explica sobre la enorme presencia de estos productos en su alimentación al tiempo que alerta al espectador sobre el tema.
En su intento por hacer más transparente el sector alimenticio estadounidense ideó este proyecto que presentó en la web Kickstarter, para así financiarse a partir de donaciones anónimas. “Multinacionales químicas te alimentan a ti y a tu familia con comida no testada, ni etiquetada y modificada genéticamente”, anunciaba Seifert. Solicitó 25.000 dólares y obtuvo más de 30.000 gracias a las contribuciones ajenas.
En 'GMO OMG', a medio camino entre el documental y la road movie, Seifert se monta en un coche con su mujer y sus hijos y recorre el país entrevistando a activistas, granjeros y políticos.
El hecho de que se alimenten a los animales con semillas transgénicas,
por lo que la oleada de GMO afecta también a la ganadería y al pescado,
hace aún más difícil huir de ellos. El asunto llegó a obsesionar a
Seifert y comenzó a afectar a su familia. Ahora asume que es casi imposible mantener una alimentación impecable, pero recomienda ser al menos consciente de lo que se come.
Aunque Europa suele rechazar los transgénicos, el cineasta nos aconseja estar atentos. “El control en Europa frente a los GMO es mucho mayor que el estadounidense, pero sigue estando presente en la alimentación y los ciudadanos no suelen ni tan siquiera cuestionarse si los están consumiendo o no“, explica Seifert.
En el documental, que se estrenó en la sección culinaria de la Berlinale, Jeremy Seifert también hace referencia a estudios que demuestran en animales la mayor posibilidad de tener algún tumor si se alimentan con transgénicos. La clave está en el tiempo de observación. Mientras que empresas como la proveedora de productos para la agricultura Monsanto analizan los efectos de los GMO durante menos de tres meses, otras investigaciones concluyen que la aparición de tumores ocurre a más largo plazo.
“Piensan en el beneficio económico inmediato, a costa de un dañoo que en realidad es más inmediato de lo que creemos”, dice el cineasta. La propia Monsanto se defiende definiendo este tipo de estudios como sesgados e incompletos, opinión en la que han coincidido algunos expertos e instituciones científicas.
Aunque Europa suele rechazar los transgénicos, el cineasta nos aconseja estar atentos. “El control en Europa frente a los GMO es mucho mayor que el estadounidense, pero sigue estando presente en la alimentación y los ciudadanos no suelen ni tan siquiera cuestionarse si los están consumiendo o no“, explica Seifert.
En el documental, que se estrenó en la sección culinaria de la Berlinale, Jeremy Seifert también hace referencia a estudios que demuestran en animales la mayor posibilidad de tener algún tumor si se alimentan con transgénicos. La clave está en el tiempo de observación. Mientras que empresas como la proveedora de productos para la agricultura Monsanto analizan los efectos de los GMO durante menos de tres meses, otras investigaciones concluyen que la aparición de tumores ocurre a más largo plazo.
“Piensan en el beneficio económico inmediato, a costa de un dañoo que en realidad es más inmediato de lo que creemos”, dice el cineasta. La propia Monsanto se defiende definiendo este tipo de estudios como sesgados e incompletos, opinión en la que han coincidido algunos expertos e instituciones científicas.
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