Unos 5.000 productores de algodón
protestaron el jueves en la capital paraguaya contra el gobierno por
permitir la importación desde Argentina y Brasil de semillas de la fibra
genéticamente modificadas.
"El presidente Federico Franco autorizó
por decreto el año pasado el ingreso de las semillas transgénicas que
necesitan agroquímicos para su desarrollo, dejando de lado a las
simientes nacionales", dijo a The Associated Press la productora
Teodolina Villalba, líder de la Federación Nacional Campesina, de
centroizquierda.
Hablando en idioma guaraní agregó que los
herbicidas "son utilizados masivamente en todo el interior del país en
las plantaciones de soja, también transgénicas. Los químicos son usados
en los alrededores de escuelas y de las pequeñas poblaciones sin el
control estatal, contaminando la tierra".
En tanto, el presidente de la patronal
Coordinadora Agrícola del Paraguay, Héctor Cristaldo, dijo a la AP que
el presunto "daño que producen las semillas transgénicas es un mito" y
que hasta el momento no se comprobó que tuviesen consecuencias fatales.
Un comunicado de la Coordinadora indicó
que hasta mayo se tiene prevista una cosecha récord de soja de más de 8
millones de toneladas sobre una superficie de cultivos de 2,8 millones
de hectáreas.
"Paraguay todavía tiene granos para entregar al mundo", dijo el documento publicado en su página digital.
Villalba manifestó que la protesta
realizada frente al Congreso "sirvió también para anunciar que nuestros
asociados, que son más de 50.000, tomaron la decisión de votar en blanco
en las elecciones del 21 de abril" en las que se elegirán presidente,
vicepresidente, 45 senadores, 80 diputados, 18 parlamentarios del
Mercosur y 17 gobernadores departamentales para un periodo de gobierno
de cinco años.
"El voto en blanco será un castigo para
todos los candidatos a presidente que olvidaron incluir en sus discursos
y programas de gobierno, si llegan al poder, la asistencia a los
campesinos para desarrollar la agricultura y evitar la migración hacia
Argentina y España, principalmente", acotó.
Los miembros de este gremio rural, a
diferencia de otras organizaciones, poseen tierra propia para sus
cultivos aunque reiteraron otras quejas como la falta de mejores pagos
por sus cosechas de algodón, sésamo, caña de azúcar y otros rubros,
además de la falta crónica de caminos para transitar.
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