Ituzaingó es un barrio de la provincia argentina de Córdoba en el que
la vida discurría con normalidad. Pero hace años cobró un protagonismo
no deseado por sus habitantes. Los problemas de salud alcanzaron una dimensión alarmante:
un alto porcentaje de cáncer, niñas y niños con graves malformaciones,
muertes prematuras, problemas respiratorios, de riñón… ¿Qué estaba
pasando? Un grupo de madres, con Sofía Gatica a la cabeza, sintieron que no podían quedarse impasibles.
Han pasado los años y las Madres
de Ituzaingó se han convertido en uno de los símbolos de la lucha
contra la multinacional Monsanto y sus cultivos transgénicos.
Argentina tuvo el triste privilegio de ser la vanguardia de la invasión
de campos latinoamericanos por la soja transgénica. Con el apoyo de las
autoridades, pronto se convirtió en el principal cultivo del país,
desplazando a la producción local. Un cambio drástico del modelo de
producción agraria que ha generado pobreza, enfermedades y la
deforestación de grandes superficies de bosques.
Casi 20 años después de la llegada de Monsanto, Argentina es el vivo
ejemplo de la mentira de la agricultura transgénica, presentada como la
panacea para atajar el hambre en el mundo: millones de hectáreas
donde antes se producían alimentos para el consumo se dedican ahora al
cultivo intensivo de soja para la exportación, cuyo destino es la
fabricación de agrocombustibles y de piensos para ganado.
Vídeo: http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=jD2bnKwzNyk
La soja de Monsanto está modificada genéticamente para ser resistente a un herbicida, el glifosato,
que produce la propia compañía –con el nombre comercial de RoundUp–
desde los años 70. Un negocio redondo para la multinacional que vende el
paquete completo: las semillas modificadas y el herbicida que se emplea
en su cultivo. El glifosato se fumiga abundantemente sobre los
extensos campos de soja transgénica, con frecuencia muy cerca de zonas
habitadas, y contamina el aire, los suelos, el agua, los ríos… De
ahí los problemas de salud en las poblaciones afectadas. Ante quienes
pretenden negar los efectos del glifosato sobre la salud, Sofía Gatica
es contundente: ‘somos lo que ustedes niegan’.
Durante décadas Monsanto ocultó informes sobre la toxicidad del glifosato, que acabaron saliendo a la luz a raíz de varias denuncias. Es parte del juego sucio de la compañía. Os recomiendo el documental de investigación El Mundo según Monsanto, de Marie-Monique Robin. También está publicado en libro.
Es muy interesante, porque cuando se conoce la estrategia global
–y el poder inmenso– de Monsanto resulta aún más admirable el coraje y
la determinación de las Madres de Ituzaingó y el duro camino que han
tenido que recorrer para hacer oír su voz. Ignoradas por unos,
amenazadas por otros, han continuado una lucha incansable que las ha
llevado a viajar fuera de su país para denunciar lo que está ocurriendo y
buscar apoyos. En 2012, una gira por varios países europeos (entre
ellos España), las llevó también hasta el Parlamento Europeo.
Sofía Gatica, que recientemente fue atacada y que ha recibido amenazas de muerte, hace un llamamiento para que se escuche la voz de las víctimas. “No a Monsanto, sí a la vida” son las palabras que cierran este sobrecogedor llamamiento.
María Luisa Toribio Bióloga y activista, con una mirada global al mundo que
me lleva a implicarme en causas como el medio ambiente, la pobreza,
los derechos humanos, las poblaciones indígenas… Convencida de que las
múltiples crisis que vivimos tienen raíces comunes y de que toca
impulsar cambios profundos.
De:
http://blogs.20minutos.es/mas-de-la-mitad/2014/02/13/madres-versus-transgenicos/
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