Por Max Ocean, 3 de julio de 2014 - Common Dreams
La Secretaria Hillary Clinbton de visita en Kenia, en 2009, haciendo de lobby para la Empresa
Monsanto. Imagen: esquerda.net
Monsanto. Imagen: esquerda.net
Hablando en una reciente conferencia celebrada en San Diego ante los representantes de las grandes empresas de Biotecnología, la potencial candidata a la Presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton, mostró su respaldo a los transgénicos y la Agricultura Industrial, frente a los defensores de una alimentación sostenible y más ecológica.
Ya en su época de Secretaria de Estado mostró su apoyo a los cultivos transgénicos, y dijo ante los representantes: “Las
descripciones que señalan a los transgénicos como alimentos
Frankenstein deben ser combatidas mediante una visión más positiva. Yo
estoy a favor de la utilización de las semillas y productos que tienen
un historial probado – en relación con las semillas resistentes a la sequía- . Hay una gran diferencia entre los hechos y las percepciones”.
Si Hillary Clinton tiene la intención de presentarse
al cargo en el año 2016,
debe pensar si apoya a un sistema alimentario
y agrícola que ha demostrado ser perjudicial
para la salud pública.
- Kateherine Paul, Asociación
de Consumidores Ecológicos
La certeza de Hillary Clinton sobre las seguridad de los alimentos transgénicos está en contraste con la opinión pública. Una encuesta de Consumer Reports realizado
en junio descubrió que el 92% de los estadounidenses están a favor del
etiquetado de los alimentos transgénicos. Los activistas estadounidenses
rechazan la presión que está ejerciendo la Industria de los
transgénicos para que no se aprueben normativas de etiquetado.
Katherine Paul, Directora de la Unión de Consumidores Ecológicos, en un correo dirigido a Common Dreams, decía: “La
postura de Hillary Clinton sobre los transgénicos son decepcionantes,
pero no son ninguna sorpresa. No son diferentes de las de Gobiernos
anteriores, como las Administraciones de Bush, Clinton y Reagan, que
tiene en cuenta sólo los puntos de vista de la Industria
Biotecnológica”.
“Los científicos
independientes, los no financiados por la Industria, han realizado
estudios que muestran que los alimentos que contienen transgénicos están
relacionados con enfermedades crónicas. La Asociación Médica Americana
ha pedido pruebas de seguridad previas a la comercialización y en un
reciente estudio se han encontrado peligrosos niveles de glifosato, el
principal ingrediente de Roundup de Monsanto, en la sangre, en la orina y
en la lecha materna de las mujeres estadounidenses”.
Durante el tiempo que
Clinton participó en la conferencia también dijo que tenía temores de
que las actuales ayudas y exenciones de impuestos no fueran suficientes,
y deberían de mantenerse en el futuro: “No quiero que las empresas
de Biotecnología o las Compañías Farmacéuticas se vayan de nuestro país,
sólo por alguna desventaja fiscal o una potencial ventaja fiscal en
otro lugar”. Ante estas palabras, los representantes de la Industria, respondieron con fervorosos aplausos.
“Es necesario un intenso
debate. Tal vez sí que haya una manera de crear un grupo representativo
de actores en la mesa para que el Gobierno Federal ayude a las empresas
de Biotecnología con un seguro contra los riesgos”, dijo Clinton.
Los
lazos de Clinton con las empresas Biotecnológicas ya vienen de antes,
sobre todo sus estrechas relaciones con Monsanto, La firma de abogados
Rose, donde Clinton trabajó en la década de 1980, representaba tanto a Monsanto como a Tyson Foods.
Mark Penn, quien desempeño el cargo de Director General de una de las mayores empresas de relaciones públicas del mundo, Burson-Mersteller, también representó a Monsanto,
y fue asesor de la Casa Blanca durante el mandato de Bill Clinton y
participó en la campaña presidencial de Hillary Clinton en 2008.
Mientras Hilary Clinton fue Secretaria de Estado, el Departamento de Estado
presionó a otros países para que aprobasen los transgénicos, utilizando
diversos métodos, incluyendo al visita de un grupo de periodistas
extranjeros a Estados Unidos para “participar en una gira sobre Biotecnología durante una semana”, para así modificar la opinión pública sobre los transgénicos en sus países de origen.
Sin embargo, en su vida
personal Hillary Clinton no está tan convencida de que el consumo de
alimentos transgénicos sea cosa segura. Según Walter Scheib, que
desempeñó el cargo de Cocinero Jefe de la Casa Blanca durante la
Presidencia de Clinton, dijo que “fue un reto profesional cumplir con el mandato de Hillary Clinton de adquirir alimentos nutricionalmente responsables… obtenidos de los productores y proveedores locales”.
Y como decía Mother Jones en 2012, recogiendo las palabras de Scheib de que en los jardines de la Casa Blanca todo “absolutamente estaba cultivado sin pesticidas ni fertilizantes químicos. Lo que hoy en día llamaríamos ecológico”.
“Si
Hillary Clinton tiene la intención de presentarse al cargo en el año
2016, debe pensar si apoya a un sistema alimentario y agrícola que ha
demostrado ser perjudicial para la salud pública”, dijo Katherine Paul, “a
menos que ella y su familia estén dispuestos a dejar de consumir
productos ecológicos y hacer lo que dice en público: alimentarse de la
misma comida tóxica que promueve entre la población”.
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Procedencia del artículo: http://www.commondreams.org/headline/2014/07/03-4
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