Como es de costumbre, cada mañana, inicio mis tareas cotidianas,
acompañada de una taza de café o una cálida y exquisita tizana de
jengibre, (para ir calentando mis neuronas), y a la vez ponerme a
contemplar el firmamento y todo el entorno de lo que alimenta mi
espíritu y energía- para hacer reflexiones- de carácter
socio-psicológico, que envuelve a la humanidad.
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