martes, 23 de mayo de 2017

Del agronegocio a la agrocensura Darío Aranda

La comunicación interna del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la mayor institución “técnica” del agro argentino, es clara: prohíbe a sus trabajadores utilizar el término “agrotóxico” en escritos y publicaciones institucionales. Insta a llamarlos, como proponen las empresas que los venden, “agroquímicos” o “plaguicidas”. Al mismo tiempo, el INTA forma parte e impulsa una campaña para lavar la imagen del agronegocio, la llaman “Red BPA (Buenas Prácticas Agrícolas)”. Comparte políticas e intereses comunes con Monsanto, Bayer, Aapresid (Asociación de Productores de Siembra Directa) y todo el empresariado transgénico. El emisor del correo con la prohibición, Hernán Trebino, defendió su decisión: “Cualquier ingeniero agrónomo sabe que los agroquímicos bien utilizados no producen efectos negativos en la salud”. Y retrucó: “Todo puede ser perjudicial. Si te das una sobredosis de aspirinas, seguro te hace mal”.

INTA
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) fue fundado en 1956 y cuenta con presencia en todas las provincias y cientos de localidades de la Argentina profunda. Es un ente autárquico, aunque está en sintonía con las políticas agrarias marcadas por el gobierno nacional. Sus máximas autoridades son cargos políticos. Suele definirse como una entidad “científico-técnica” del campo y existe un gran sentido de pertenencia de ser “intiano”. Autoridades y los más fanáticos suelen hablar de “familia” del INTA y se ufanan de tener “la camiseta puesta”.
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Más:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=226874

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