En torno al 75%-85% de la producción de alimentos y de las especies de
plantas dependen de la labor polinizadora de las abejas. Sin ellas,
muchos cultivos no existirían. La Comisión Europea pide a los países
miembros una moratoria de dos años en el uso de los neonicotinoides, un
tipo de plaguicida que daña a las abejas
En torno al 75%-85% de la producción de alimentos y de las especies de plantas dependen de la labor polinizadora de las abejas.
Sin ellas, muchos cultivos no existirían. Por ello, cuando hace una
década se empezó a conocer el problema de la muerte masiva de abejas,
saltaron las alarmas en los principales gobiernos del mundo. Muchos
estudios han identificado las distintas causas que provocan su muerte:
parásitos, sequías, especies invasoras… Y determinados pesticidas. Los neonicotinoides, unos pesticidas neurotóxicos derivados de la nicotina, han demostrado matar a las abejas.
Por eso, la Comisión Europea ha decidido reclamar a los países miembros
la suspensión de su uso por dos años en aquellos cultivos que más las
dañan, según informa Reuters.
La propuesta se basa en el principio de precaución, tras el informe de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) que señalaba tres plaguicidas que dejan rastro en el polen y el néctar, y que causan en las abejas
parálisis y hasta la muerte. Eso sí, no suponen un riesgo para la salud
humana, según recalcan desde Bruselas. La intención de la Comisión es
que se vete su uso en aquellos cultivos que más atraen a las abejas,
como el girasol, la colza, el maíz y el algodón, pero no en otros en los
que aún no se han identificado riesgos, como sucede con la remolacha
azucarera. Los países miembros votarán el próximo día 25 de febrero la
propuesta de la Comisión.
Hace dos semanas, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria
(EFSA) publicó tres informes referidos a tres plaguicidas específicos,
en los que desgranaba los daños que estos podían causar a las abejas
en determinados escenarios. La EFSA cumplía así con la misión que se le
había encomendado: comprobar si es cierto lo que aseguraban varios
estudios publicados en Nature y Science en los que se señalaba a estos insecticidas
como responsables de la muerte de millones de abejas. El síndrome de
despoblamiento de colmenas, como se denomina a este fenómeno, en España
mata al 25%-30% de las abejas cada año. La Comisión ha destinado 3,3
millones de euros a estudiar este problema, de los que 205.050 han sido
para España.
Las principales empresas dedicadas a la producción de los neonicotinoides, Bayer y Syngenta, respondieron al trabajo de la EFSA asegurando que sus pesticidas
no son dañinos para las abejas si se utilizan correctamente. A pesar de
ello, dos gigantes del comercio minorista británico, B&Q y Wickes,
decidieron eliminar de sus estanterías los tres insecticidas
señalados por la autoridad europea como nocivos para estos insectos.
Paralelamente, diversas iniciativas online se habían puesto en marcha
para reclamar a Europa la eliminación de los insecticidas, que lograron más de dos millones de firmas, 265.000 en España.
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