jueves, 14 de febrero de 2013

Otra causa judicial se cierne sobre transgénicos Monsanto

Jueves 14 de Febrero de 2013, 10:17 am

Monsanto fue condenado a pagar unos 250 mil dólares por haber utilizado publicidad engañosa al promocionar una soja transgénica en Brasil. (Foto: veoverde.com)
El Tribunal Supremo de Justicia de Estados Unidos será escenario el próximo 19 de febrero de la batalla que protagonizará Monsanto, la homónima multinacional estadounidense considerada la mayor productora de transgénicos, y un granjero de 75 años de edad que defiende su derecho a vender las semillas de las plantas cultivadas por la corporación.

Pese a las cientos de demandas por su monopolio, la transnacional, con miles de millones en activos, protege ferozmente su propiedad intelectual y producción del 90 por ciento de los transgénicos usados en el planeta y también líder en el mercado de semillas para ese tipo de sembradíos.

El Centro para la Seguridad Alimentaria y el grupo Salvemos Nuestras Semillas (SOS, por su sigla en inglés) ha publicado un informe que detalla casos similares al del granjero Vernon Hugh Bowman, titulado "Gigantes de semillas vs. agricultores estadounidenses" (Seed Giants vs. U.S. Farmers).

Las demandas recogidas en el informe están relacionadas con los derechos de patente de Monsanto, empresa que se esfuerza por impedir que los agricultores vuelvan a plantar las cosechas cultivadas a partir de semillas de la empresa.

El centro considera que la actitud de la transnacional es base para la creación de una "oligarquía de la semilla".

Según el informe, existen 142 demandas por infracción de patentes contra 410 agricultores y 56 pequeñas empresas en más de 27 estados de EE.UU. a partir de diciembre de 2012.

Además, revela el predominio de las grandes empresas y sus cultivos genéticamente modificados en el mercado de Estados Unidos e internacional, poniendo de relieve que el 53 por ciento del mercado mundial de semillas está controlado por sólo tres empresas: Monsanto, DuPont y Syngenta.

Debbie Barker, experto de SOS y uno de los coautores del informe enfatizó que "las corporaciones no crearon semillas y muchos están cuestionando el sistema de patentes existentes, lo que permite a las empresas privadas reinvindicar la propiedad sobre un recurso que es vital para la supervivencia y que, históricamente, ha sido de dominio público".

Por su parte, otro coautor y experto en leyes, George Kimbrell dijo que la victoria en el caso Bowman podría ayudar a cambiar el equilibrio de poder hacia los agricultores. "El gran peso de la historia y de la ley está del lado de Bowman y de los agricultores en general", afirmó.

Monsanto, una de las corporaciones más detestadas por la comunidad de agricultores, se ha convertido a los ojos de muchos en el más fácilmente reconocible símbolo del control corporativo sobre los alimentos y la agricultura.

La multinacional estadounidense también ha recibido multas por trampa. En agosto de 2012, un tribunal de Brasil la condenó a pagar 500 mil reales (unos 250 mil dólares) por haber utilizado publicidad engañosa al promocionar una soja transgénica.

Los alimentos transgénicos son organismos cuya información genética ha sido modificada de una manera que no se da en el apareamiento o recombinación natural, sino que es consecuencia de la introducción de genes de otras especies. Los alimentos transgénicos están elaborados con materias primas vegetales o animales genéticamente modificadas.

El daño de los transgénicos

"Se han efectuado experimentos en animales dándoles de comer maíces transgénicos. Existe evidencia de daños en sus órganos internos como hígado, riñones, intestinos, perdida de peso, esterilidad, vejez acelerada, retraso en crecimiento, y un aumento en la tasa de mortalidad", según informó María Isabel Manzur, doctora en Zoología de la Universidad de Liverpool, Inglaterra.

"El peligro de cultivar organismos transgénicos radica en que la mayoría de las plantas se reproducen intercambiando polen entre miembros de su misma especie y con algunos parientes silvestres. Esta forma de reproducción es la que puede provocar la contaminación genética, ya que al implantar organismos transgénicos en el medio ambiente, se libera al mismo tiempo el polen transgénico y no se sabe qué le puede suceder a los insectos polinizadores o a las abejas cuando consuman miel de una planta que produce su propio insecticida", indicó Manzur.
teleSUR-RT/kg - FC
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