Manuel Shiguango, dirigente de la comunidad Kichwa de Wamani, localizada
en Archidona, provincia del Napo, denuncia con preocupación el
fallecimiento el día de hoy en el hospital de Tena, de Walter Yumbo de
34 años de edad, y quien residía en Wamani, por ingerir herbicida. Estos
mismos días, fue velado el cuerpo de otra persona, de unos 24 años, en
la comunidad kichwa de Arapino, ubicada en la vecina parroquia de
Waticocha (provincia de Orellana), que también ingirió un agrotóxico
para acabar con su vida.
Wamaní
y Arapino, además de Jatun Sumaco, 10 de Agosto, Challúa Yacu, son
sitios donde la Clínica Ambiental realizó estudios desde el año 2009
para identificar las causas de los recurrentes suicidios en esta zona.
"Hemos identificado 76 casos, incluidos estos últimos" señala Adolfo
Maldonado, médico y coordinador de la Clínica Ambiental.
Por algún tiempo este grave problema permaneció oculto, intentando ser
explicado como resultado de situaciones emocionales de las personas. El
doctor Maldonado aclara que "esta forma de ver el problema ha sido una
excusa para no mirar de frente a las causas de los suicidios, los mismos
que están asociados al uso de agrotóxicos y al alto consumo de alcohol en la zona".
Hace aproximadamente una década se expandió el monocultivo de la
naranjilla en esta zona, y trajo como consecuencia la utilización de
gran cantidad de agrotóxicos
entre la población. Esta iniciativa, que tuvo el objetivo de mantener a
las familias indígenas alejadas de la zona de influencia del parque
nacional Sumaco, fue impulsada por actores estatales y la cooperación
técnica alemana. "Se trabajó para convencer a la gente que se dedique a
la naranjilla con el argumento de que obtendrían suficiente dinero con
la venta de este producto, pero no realizaron un seguimiento adecuado;
las pérdidas humanas que venimos constatando son parte de las
consecuencias", advierte el médico.
Las políticas agrarias continúan impulsando el uso de agrotóxicos,
incluso a través de las Escuelas de la Revolución Agraria (ERAs), las
mismas que fueron anunciadas en sus inicios como una oportunidad para
cambiar la matriz tecnológica de la revolución verde con énfasis en
principios agroecológicos y saberes ancestrales. El director del
programa de las ERAs, Mauricio Proaño, ha manifestado que las escuelas
"entran en el concepto de la agroecología", sin embargo éstas han
servido para distribuir agrotóxicos a nivel local.
Hace poco a través de las ERAs la población de la zona donde se encuentra Wamani
“recibió plaguicidas y durante la campaña electoral, bombas de
fumigación" dice David Sánchez, agrónomo que trabaja para la Clínica
Ambiental, preocupado porque la dependencia a estos insumos químicos
sigue profundizándose. Aun cuando funcionarios vinculados a las Eras han
aceptado que falta seguimiento y control, no se ve una voluntad de
rectificar. "La última vez que entregaron estos venenos, como no
llevaron suficientes envases, la gente de las comunidades se repartieron
estos venenos en fundas", dice. Ecoportal.net
Agencia Tengatai
No hay comentarios:
Publicar un comentario