Un grupo de activistas de la
organización ambientalista Greenpeace irrumpió hoy, 25 de abril, en
el Senado mexicano para exigir una reforma legislativa que prohíba
la siembra de maíz transgénico en México.
Una ecologista logró
evadir el control de la seguridad del órgano legislativo y descendió
poco a poco amarrada de una cuerda desde un tercer piso dentro de la
Sala de Plenos, tomando por sorpresa a quienes allí se encontraban.
La joven desplegó una manta que decía: "Maíz transgénico,
traición a la Patria", mientras otra compañera hizo lo mismo
desde el piso con otra que rezaba: "La Patria es primero".
En un comunicado, la agrupación ecológica explicó que la protesta
tenía como objetivo denunciar a los senadores por eludir "su
responsabilidad de impedir la siembra de maíz transgénico" en
el país y poner en riesgo un grano básico para la alimentación de
los mexicanos.
Greenpeace demandó a los senadores modificar la Ley
de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados "para
reinstalar la moratoria para siembras de maíz transgénico en
México" tanto en programa piloto como a nivel comercial.
Además, solicitó la inspección de las importaciones de maíz
genéticamente modificado de países que lo cultivan comercialmente y
adoptar medidas para reducir las probabilidades de que en México se
siembre el grano transgénico sin autorización. Junto a otras ONG,
Greenpeace solicitó en marzo pasado al presidente mexicano, Enrique
Peña Nieto, que rechazara las solicitudes de varias trasnacionales
agroquímicas que buscan impulsar la siembra de maíz transgénico a
nivel comercial.
Además, pidieron a la Comisión Nacional de
Derechos Humanos que girara las medidas cautelares para que el
Gobierno federal se abstenga de otorgar dichos permisos.
De acuerdo
con los activistas, en septiembre de 2012 compañías como Monsanto,
Pioneer y Dow AgroSciences solicitaron los permisos para cultivar
este grano transgénico.
México es uno de los principales
productores del mundo de maíz blanco con el que se elabora la
tortilla, base de la alimentación de los mexicanos, y compra del
exterior más de siete millones de toneladas anuales del amarillo,
con usos pecuarios e industriales.
El ministro mexicano de
Agricultura, Enrique Martínez, dijo en fecha reciente que el
Gobierno federal determinará este año si aprueba o rechaza la
siembra comercial de maíz transgénico, y aclaró que la decisión
dependerá del estudio que desarrollan diversas instituciones
científicas.
"Esperaremos hasta tomar una decisión muy
sustentada porque sabemos que es un tema polémico y nuestra
intención es cumplir con todos los protocolos internacionales",
señaló entonces el funcionario.
Durante una visita a México en
marzo de 2012, el relator especial de la ONU sobre Derecho a la
Alimentación, Olivier de Schutter, pidió al Gobierno declarar una
moratoria para los cultivos experimentales de maíz transgénico para
evitar que contamine a las variedades autóctonas.
México cuenta con
59 especies y 200 variedades adaptadas de maíz, usado antiguamente
por diversos pueblos y culturas mesoamericanas, como los olmecas y
los aztecas.
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