domingo, 4 de mayo de 2014

Agricultores denuncian trabas para aplicar ley que prohíbe transgénicos en Francia

La Asamblea Nacional prohibió sembrar el único producto genéticamente modificado autorizado para el cultivo, el maíz MON 810 de Monsanto, pero el Senado aún tiene que aprobarlo
 
La ley aprobada el 15 de abril en la Asamblea Nacional prohibió sembrar hoy el único producto genéticamente modificado (GM) autorizado para el cultivo en Europa. (FRED DUFOUR/AFP/Getty Images)
 
La Cámara de Francia votó el 15 de abril prohibir el cultivo de maíz transgénico, sin embargo, la Confederación Campesina alertó estos días si esto sería "efímero o una victoria duradera”. Luego de un análisis de las trabas existentes, destacó que “sólo nuestras protestas inclinan la balanza en un sentido u otro”.
La situación de Francia es un ejemplo del problema legislativo en toda la Unión Europea.
La ley aprobada el 15 de abril en la Asamblea Nacional prohibió sembrar hoy el único producto genéticamente modificado (GM) autorizado para el cultivo en Europa, el maíz MON 810 de Monsanto, pero el Senado aún tiene que aprobarlo.

La preocupación de los campesinos es que la ley podría llegar a ser "aplicable después de la siembra tardía de maíz”, advierte en un comunicado del 30 de abril. "La prohibición de los cultivos transgénicos sobre la base de un decreto del 14 de marzo fue impugnada por la Association générale des producteurs de maïs AGPM, antes de que el Consejo de Estado decidiera con urgencia", agregaron los campesinos.
La pregunta que se hacen es si el Gobierno tomará su decisión antes o después de la siembra tardía, a la vez que critican a la Comisión Europea, que anunció su intención de autorizar otros cultivos transgénicos en 2015.
Se sabe que la ley de la Unión Europea le permite a la reducida Comisión tomar decisiones al margen de la mayoría del Parlamento Europeo y la población europea, que ya votó su oposición a los transgénicos.
“¿Se necesita una nueva ley por cada nueva especie?”, pregunta además la Confederación francesa.
Citando a la Ley de OGM del 25 de junio de 2008 y transcrita una parte de la Directiva Europea en la normativa 2001/18, la Confederación indica que" los organismos genéricamente modificados no pueden ser cultivados, vendidos o utilizados ....”.
"Este artículo obliga al Estado a prohibir efectivamente el cultivo de maíz GM que podría contaminar la población y a las colmenas que se pueden encontrar en todas las áreas donde se cultiva el maíz”, sostiene la Confederación Campesina de Francia.
Sin embargo, refiriéndose a la ley que impera en Francia describió además que: “la ley no prohíbe las importaciones de OMG que comemos todos los días, que son huevos, carne y otros productos lácteos. No prohíbe la nueva patentada y oculta OGM girasol que está invadiendo nuestros campos, el maíz y la colza vuelta tolerante a herbicidas ... no están etiquetada , estos productos pasan desapercibidos por los consumidores que no los desean”.
Un contrasentido de las actuales leyes que también expone la confederación es que “publicar un estudio en el diario oficial de la existencia de un riesgo grave para la salud o el medio ambiente... no se puede realizar o publicar sin el consentimiento del titular de la patente de los OMG”, una vía por la cual ahora “los ministros tratan de esconderse detrás de los reglamentos de la UE “, entonces “no aplican las medidas en defensa de los apicultores, los agricultores orgánicos”.
Según la Confederación francesa en Europa “ningún gobierno se atreve a enfrentar el vestíbulo del maíz industrial que quiere los OMG”, compuesto por Monsanto, Bayer (BASF), CropScience y Syngenta.
En cambio el único investigador que eludió la obligación de la consulta fue el científico francés Gilles -Eric Séralini quien demostró en un estudio los efectos nocivos del maíz. Hoy sobre el científico pesa una extensa campaña de calumnias, sin embargo cuenta con el apoyo internacional de numerosos especialistas.
Lo que proponen los ambientalistas franceses es que “los gobiernos tienen otra manera de prohibir los transgénicos: cumplir su demanda del 5 de diciembre de 2008 para reforzar su evaluación teniendo en cuenta los impactos en los sistemas agrícolas”.
Sin embargo advierten que “la Comisión Europea no hace nada para poner en práctica esta recomendación del medio ambiente. En lugar de ello, quiere simplificar y acelerar los procedimientos para la aprobación europea. Ofrece a los Estados revisar la normativa 2001/18 para que puedan prohibir el cultivo de determinados OMG en su territorio, en vez de " legalizar" la legislación francesa de maíz transgénico”.
Hoy los campesinos franceses luchan para que el nuevo ministro de Ecología, Ségolène Royal prohíba también la colza transgénica VRTH antes que se plante en agosto. “Sólo tenemos unos pocos meses”, agregó la Confederación.
 

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