En
años y meses recientes se ha multiplicado la oposición al uso de Puerto
Rico como probeta de experimentos de biotecnología agrícola por parte
de corporaciones de agronegocio como Monsanto y Pioneer. Y esta
oposición sigue creciendo. La mejor indicación que tenemos de la
efectividad de nuestro activismo es que el enemigo está empezando a
mostrar públicamente un cierto grado de irritación, como veremos más
adelante.
El
pasado mes de febrero varias organizaciones, que incluyeron a Boricuá y
la campaña nacional Nada Santo Sobre Monsanto, emitieron un comunicado
informando que Monsanto estaba solicitando al Departamento de
Agricultura de Puerto Rico aprobación para siembras transgénicas
experimentales de especies que nunca antes han sido aprobadas para
venta, como arroz, habichuelas, pepinillo, berenjena, ají dulce y
picante, calabaza, repollo, calabacín, cebolla y coliflor, entre otros.
Según
el comunicado, "Estas semillas transgénicas pueden acabar mezcladas con
nuestras variedades criollas mediante contaminación genética, errores
de inventario o actos de mala fe. Nuestros agricultores locales también
estarían bajo amenaza, pues sus cultivos podrían contaminarse con las
variedades transgénicas. Esto podría generar demandas por parte de las
empresas reclamando sus derechos de patente de las semillas
transgénicas."
Ante
esta situación, las organizaciones defensoras de la soberanía
alimentaria y opuestas a los transgénicos han dado la más alta prioridad
a parar en seco estos planes de expansión. El movimiento se apuntó una
pequeña victoria en marzo cuando la secretaria de agricultura Myrna
Comas denegó autorización para nuevos experimentos transgénicos en
terrenos públicos.
Esta movida de la secretaria fue reseñada el 18 de marzo en un artículo en El Nuevo Día por
el reportero Gerardo Alvarado con el rimbombante y exagerado título de
"Ponen freno a los transgénicos" (1). La palabra "freno" no se amerita
en vista de que se trata de una victoria muy parcial para los oponentes
de los transgénicos. Después de todo, los cultivos experimentales en
cuestión podrán hacerse en tierras privadas, como señala un comunicado
del 20 de marzo, escrito por representantes del Frente de Rescate
Agrícola (FRA) y la Asociación Nacional de Derecho Ambiental (2).
Pocos días después, El Nuevo Día publicó
un artículo por Alvarado sobre el debate en torno a la inocuidad de los
alimentos transgénicos, para el cual nos entrevistaron a la
nutricionista Vilma Calderon y a este servidor. Un par de días después,
apareció en el periódico una carta de protesta titulada "En defensa de
los transgénicos", firmada por Alberto Rodríguez. "Pese a las
afirmaciones de Vilma Calderón y de Carmelo Ruiz, no ha habido ningún
efecto nocivo sobre salud humana o animal o el medio ambiente por el
cultivo y consumo de alimentos genéticamente modificados", dice el autor
de la carta, en la cual resume en unos breves párrafos los
principales puntos propagandísticos de la industria de los transgénicos.
Rodríguez
se identifica como presidente de PRABIA, Puerto Rico Agricultural
Biotechnology Association. Como bien dice su nombre, esta organización
es el lobby de los transgénicos en Puerto Rico. Su página web,
pobremente mantenida, aparentemente no ha sido actualizada desde 2011.
El pasado 8 de abril Monsanto respondió a las críticas en su contra en un artículo en El Nuevo Día escrito
por Marie Custodio Collazo, titulado "Monsanto se inserta en la
discusión sobre su negocio". El artículo contiene las declaraciones de
Martha Smith, portavoz de Monsanto, quien defendió la compañía usando
argumentos trillados y harto refutados, como por ejemplo que sus
actividades en Puerto Rico no representan competencia para los
agricultores locales, y que sus cultivos son "solamente" experimentales.
Al
día siguiente el agrónomo Ian Pagán, del FRA, respondió a las
declaraciones de Smith en un comunicado, del cual citamos a
continuación:
"Intentan
convencer de que “Monsanto no representa una competencia para los
agricultores locales”. ¿Acaso acaparar las mejores tierras de la
Autoridad de Tierras, aquellas mismas catalogadas como “Prime Farm
Land”, y gozar de los beneficios e incentivos del Departamento de
Agricultura no representa una competencia? De hecho, Monsanto y las
demás compañías dedicadas a la biotecnología agrícola han recibido más
de 20 millones de dólares por parte del Departamento de Agricultura
porque este último considera a Monsanto Agricultor Bonafide igual que al
agricultor de café de la montaña que produce café en su finquita de 10
cuerdas.
Me
sorprende la falta de sorpresas, la falta de argumentos nuevos para
intentar defender lo indefendible. Pa’ la próxima que vengan con
argumentos elaborados para poder debatir en la misma liga." (3)
Hay
varias indicaciones de que el enemigo está tramando una contraofensiva.
El 8 de abril hubo un conversatorio sobre transgénicos en la casa del
trovador Angel Carrasquillo en Gurabo, organizado por el agrónomo Rudy
Santos García. Los presentadores fueron dos representantes de la
corporación de transgénicos Pioneer Seeds y una profesora de
biotecnología de la Universidad del Turabo. Lamento no haber podido ir.
Es importante asistir a esos foros pro-transgénicos, aunque sea nada más
para saber qué están diciendo.
También
notamos la aparición en la escena de hombres (siempre son hombres) que
se han tirado a defender los productos transgénicos a toda costa y a
irse pico a pico con los detractores como si sus vidas dependieran de
ello. Ejemplo de esto es un artículo de Rafael Irizarry Quintero
publicado en la revista electrónica 80 Grados el pasado 13 de diciembre.
A pesar de su título, "Desmitificando los GMO", el artículo es en
realidad un ejercicio de confusión y ofuscación (4). Califica las
preocupaciones en torno a los transgénicos como teoría de conspiración y
en ningún momento atiende la sustancia de nuestros planteamientos.
Nelson
Alvarez Febles, pionero de la relación agricultura-ecología en Puerto
Rico, comentó sobre el desgraciado artículo que: "Lo primero que me
impresiona es la facilidad con que se despachan los argumentos en contra
de la introducción masiva al medioambiente de organismos genéticamente
modificados (OGM, o transgénicos), a través de la agricultura y la
alimentación. Podemos reconocer diferencias en cuanto a la manera de
entender las cosas, aún desde la mirada reduccionista de la ciencia
dominante, pero la burla no es ni debe ser un argumento: por ejemplo,
despachar de un plumazo a los científicos que se oponen a los
transgénicos metiéndolos en el mismo bote que los creacionistas o los
que niegan el cambio climático."
El
14 de febrero, 80 Grados publicó un artículo de Vilma Calderón sobre
los riesgos de los alimentos transgénicos (5), el cual provocó una
reacción histérica y destemplada de los defensores de Monsanto. Busquen
el artículo y lean la sección de comentarios para que vean de qué hablo.
Entre los comentarios figura uno escrito por Irizarry Quintero, quien
se expresa con un tono extremadamente arrogante y pedante, y encima de
eso demuestra, como lo hizo en su artículo, que realmente no domina el
tema.
Estamos
en total acuerdo con las palabras de Alvarez Febles en apoyo a la
nutricionista: "Desde hace muchos años estamos escuchando los mismos
argumentos a favor de los OGM, en nuestro caso finales de los noventas
en el sur de Brasil, España y Francia. Argumentos que son los mismos que
las empresas que defienden a los transgénicos propagan, desde entonces,
por todo el mundo. Y uno de los principales es, desde el principio,
descartar a todos y todas las que los cuestionamos como activistas,
anti-científicos, etc. Así se trató a los que lucharon contras el
cigarrillo, contra el DDT, dieron la voz de temprana alarma sobre el
cambio climático, y un largo etcétera de esfuerzos que surgen de los
movimientos de la sociedad civil, y luego son recogidos y apoyados por
(algunos) científicos."
Como
dije al comienzo, el enemigo está comenzando a expresar su molestia
públicamente a medida que le pisamos los talones a Monsanto y los demás
miembros de PRABIA. La intensidad y vehemencia de los ataques verbales
contra nosotros será la mejor evidencia de que vamos por el camino
correcto. Vamos a hacer de todo Puerto Rico una zona libre de
transgénicos, con una agricultura verdaderamente social y ecológica.
Para más información accedan al Blog de Bioseguridad de Puerto Rico: http://bioseguridad.blogspot.com/
De:
http://www.alainet.org/active/73955&lang=es
No hay comentarios:
Publicar un comentario