Por Ethan A. Huff, Yo no quiero transgénicos en Chile, 24 de abril de 2014
Se anuncia un boycott a la revista Elsevier; firme la solicitud para acabar con la censura a Seralini
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Antecedentes: El Prof. Séralini de la Universidad de
Caen, Francia, y su equipo, se han dedicado por años a investigar los
efectos de la alimentación con maíz transgénico en ratas de laboratorio y
últimamente su investigación develó el hecho de que los pesticidas
usados en la Agricultura, y cuyo uso se ha multiplicado ya que van
ligados a la plantación de transgénicos, son mucho más venenosos que lo
que publican sus fabricantes, haciendo estragos en las células humanas,
especialmente las ligadas al aparato reproductor.
Los estudios de Séralini han sido publicados en las revistas
científicas especializadas, sometiendo tanto sus procedimientos y sus
resultados, al escrutinio de los científicos del ramo, como es costumbre
en la comunidad científica.
Un estudio de Séralini que muestra que en plazos más largos el
maíz transgénico era productor de tumores cancerosos en las ratas de
laboratorio, fue retirado por presiones de la industria química, que en
vez de revisar sus productos, prefiere aplicar su poder ocultando los
datos que no les son favorables y desacreditando públicamente a los
científicos.
Si como en el caso chileno no existen controles sobre los
alimentos que consume la población o si estos controles se reducen a
revisar que no haya ratones en las bodegas, salmonella en las cocinerías
o moscas en las carnicerías, nadie le para el carro a la industria
química, que ha tomado el control de la alimentación en el mundo, y el
control corporativo de las bolsas de comercio.
Pero la evidencia científica se va sumando, dando un claro
indicio de que algo no está bien. Y solamente la población, juntando
evidencia, podrá presionar a las autoridades para que se hagan cargo de
los controles alimentarios requeridos en el siglo 21, controles que van
mucho más allá de mandar un inspector a una sandwichería.
Cada día se cocina menos en las casas y se compran más comidas
hechas, o se va a un restaurante de comida rápida, porque nadie tiene
tiempo. Estas comidas necesitan cantidades de preservantes para que no
se echen a perder, de saborizantes artificiales, de azúcares y cremas
vistosas con colorantes y emulsionantes que provienen de la industria
química. Pero nadie sabe qué son, ni que efecto producen sobre nosotros.
Solo la gordura es más visible y es fácil echarle la culpa a la vida
sedentaria y a las marraquetas.
Científicos como Seralini buscan la verdad para preservar a la
población, pero son cada vez más censurados y solamente la indignación y
el apoyo de las personas pude ayudarlo a seguir con su trabajo y a
estimular a otros que sigan el camino de la honestidad en la ciencia.
(NaturalNews) El editor de la revista científica que sacó el estudio
del Profesor Séralini sobre el caso de las ratas infectadas con tumores
que se alimentaron con maíz genéticamente modificado ( GM) de Monsanto,
es ahora sujeto de un nuevo boicot académico. Cientos de miembros de la
comunidad científica en defensa de la honestidad y la transparencia
invitan a los investigadores de todas partes a no comprar, publicar ni
apoyar al grupo Elsevier, que es dueño de Food and Chemical Toxicology
(FCT) hasta que reinstalen el estudio de Séralini y pidan disculpas
formalmente.
En caso de que no esté enterado, Wallace Hayes, Editor Jefe de FCT,
recientemente tomó la decisión de sacar el estudio de Séralini después
que al “establishment” le disgustaron los resultados de la
investigación, hecho que hicieron público.
..........
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http://millonescontramonsanto.org/transnacionales-quimicas-presionan-a-cientificos-para-ocultar-datos-que-no-favorecen-sus-negocios/
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