viernes, 24 de mayo de 2013

CINCO VARIEDADES DE MAÍZ TRANSGÉNICO SERÁN AUTORIZADAS EN EL ESTADO ESPAÑOL “EN BREVE”

SE VAN A AUTORIZAR CINCO TIPOS MÁS
Más variedades de maíz transgénico
El Ministerio de Agricultura va a dar los permisos a varias multinacionales para introducir semillas de cinco variedades de maíz transgénico.
MARÍA JOSÉ ESTESO POVES. Redacción 08/05/13 · 8:47
Cinco variedades de maíz transgénico serán autorizadas en el Estado español “en breve”, según comunicó a primeros de marzo el Ministerio de Agricultura, Alimen­ta­ción y Medio Ambiente. Esto supondrá que las multinacionales que están detrás de estas variedades de maíz transgénico: Monsanto, Syngenta, Pioneer y Limagrain, contarán con todos los permisos para la distribución de semillas y la comercialización de las mismas y, por tanto, para la introducción en la cadena alimentaria de estos tipos de maíz.

 Cuatro de estas variedades incorporan el gen Mon810 y la última está inspirada en el denominado evento 176, propiedad de la multinacional Syngenta, que ya lo ha comercializado desde hace cinco años en España. El PP va a llevar a cabo estas medidas mientras hace un año Francia pedía a la Comisión Europea suspender la autorización para cultivar el maíz transgénico Mon810, de­sarrollado por la multinacional estadounidense Monsanto, por los graves riesgos para la salud y el medio ambiente, según subrayó el propio ministro de Agricultura francés, Bruno La Marie.

Fomento de lo transgénico

Hoy, Miguel Arias Cañete convierte al Estado español en el primer Estado de la UE que permite la comercialización de esas semillas. Hace dos años, en 2011 se autorizó el cultivo en la UE de dos tipos de Organismos Genética­mente Modificados (OGM), el maíz Mon810 y la patata Amflora, de la multinacional alemana BASF, que meses después anunció que dejaba de desarrollar y comercializar transgénicos en la Unión Europea debido al rechazo de la opinión pública, los agricultores y muchos gobiernos a esta patata transgénica. Por eso el único cultivo que siguió co­mer­cia­lizándose en 2012 en Europa fue el maíz Mon810, que se vetó después en Francia, Ale­mania, Austria, Grecia, Hungría, Luxemburgo y Bulgaria, tras la denuncia del ministro de Agricultura francés.

Prohibido en Francia

Aunque el Consejo de Estado francés, la más alta instancia administrativa del país, anuló la cláusula de salvaguarda que el Ejecutivo aplicó después de que la Justicia europea fallase contra el impedimento para sembrar maíz genéticamente modificado, en el país vecino se mantiene la moratoria sobre su cultivo gracias a un informe científico y al documento elaborado por la Autoridad Euro­pea para la Seguridad Alimentaria (AESA), quedemostraba que el cultivo de ese maíz presenta serios riesgos para el medio ambiente.
El Estado español, por tanto, vuelve a ser pionero, esta vez en la autorización de OGM. Además, Ministerio de Agri­cultura, Alimentación y Medio Ambiente nombró en marzo a los cargos responsables del Consejo Intermi­nisterial de OMG (CIOMG), órgano competente de la Adminis­tración para dar los permisos de autorizaciones de OMG o de alimentos que los contengan. La nueva presidenta del CIOMG es Isabel García Tejerina, secretaria general de Agricultura y Alimen­tación, que ha sido direc­tora de Planificación Estratégica en la multinacional de productos agroquímicos y fertili­zan­tes Ferti­beria, y consejera la compañía mercantil argelina de fertilizantes Fertial.
García Tejerina se muestra muy optimista con los OGM y ya publicó en una revista económica hace diez años: “Los llamados organismos modificados genéticamente (OGM) han existido siempre y siguen siendo una de las bases del progreso científico en el mundo vegetal”, aseguró. Por su parte, grupos ecologistas llaman la atención sobre el interés del Ministerio de Agricultura en los OGM como una política para beneficiar a las grandes multinacionales de la agroindustria, fertilizantes e insecticidas. Denuncian también que en el Estado español se concentra casi el 90% de la producción de transgénicos de toda Europa, mientras que en países como Francia, Alemania, Italia, Polonia y otros fueron prohibidos. “Los transgénicos son un instrumento de las empresas agroindustriales que destruye el modelo de agricultura social y sostenible, provocando la pérdida de la soberanía alimentaria y vulnerando el derecho a decidir qué comemos y qué cultivamos”, han señalado desde Ecologis­tas en Acción.

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