viernes, 20 de septiembre de 2013

Irregulares solicitudes para transgénicos en México enfrentan cuestionamientos sociales

El Gobierno Federal permitió a transnacionales la siembra y comercialización de transgénicos aún cuando los permisos para realizar estas actividades “observan muchas irregularidades”


Ampliar foto Tipos de maiz ( Greenpeace)
 
Dos nuevas solicitudes para liberar maíz transgénico en México fueron presentadas este mes a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) por parte de empresas transnacionales. 

Varios grupos de congresistas exigieron del gobierno información sobre la política alimentaria del país y el uso de Organismos Genéticamente Modificados (OGM).

SAGARPA y el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) publicaron el 4 de septiembre las solicitudes de las transnacionales Dow AgroSciences “para liberación comercial de maíz transgénico” y de Syngenta Agro para la “liberación de maíz transgénico en programa piloto”, con la que podrían ser autorizadas a liberar esta polémica forma de vida al medioambiente.


De manera casi simultánea fue publicada ayer en la gaceta del senado la aprobación de un dictamen por el que se le solicita a SAGARPA que informe sobre los “productos agropecuarios y agroalimentarios genéticamente modificados” que “se encuentran en el mercado nacional, y las medidas que ha tomado para dar cumplimiento al etiquetado de alimentos transgénicos”
Irregularidades en los Permisos

La iniciativa promovida por el Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática (PRD) indica que el Gobierno Federal permitió a grandes transnacionales la siembra y comercialización e importación de transgénicos en el territorio nacional y que no obstante, los permisos para realizar estas actividades “observan muchas irregularidades”.

Dado que “se trata de alimentos para el consumo humano” es obligación del Estado informar sobre los OGM a través del etiquetado, en cumplimiento de la Ley de Bioseguridad de OGM, lo que no se ha cumplido aún, dice el Dictamen.

Se menciona concretamente que “las tortillas que se comercializan en los supermercados” son elaboradas con maíz amarillo genéticamente modificado que proviene de EE.UU. vulnerando con ello “el derecho de los consumidores a conocer el origen de sus alimentos”.

Política Alimentaria del Gobierno

En agosto pasado otro grupo de congresistas mexicanos pidió al Sagarpa información sobre “la política alimentaria del gobierno en materia de productos que contienen OGM”.

La iniciativa de la senadora Luz María Beristain Navarrete del Partido de la Revolución Democrática (PRD), con apoyo de otros legisladores como el diputado Ricardo Cantú Garza del Partido del Trabajo (PT), se aprobó el 31 de julio y busca que el gobierno brinde esta información ya que “existen empresas, que como Monsanto, comercializan semillas genéticamente modificadas en maíz y soya”.
Además refirieron que ante el hecho de que “un porcentaje importante del maíz que se importa de Estados Unidos, proviene de semillas transgénicas” el gobierno debe informar sobre cualquier estudio realizado “para determinar si no existe daño a la salud de los mexicanos, por el consumo de productos que contienen organismos genéticamente modificados”.

Desde 2009 se han aprobado 367 permisos de liberación experimental y piloto de OGM. Además, se tienen 56 permisos bajo el criterio de análisis, de acuerdo a los datos del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), lo cual significa que aún no se ha desechado la posibilidad de que se aprueben.

Argumentos Científicos y Humanistas vs Transgénicos

En el mes de julio, los congresistas Luisa María Alcalde Luján y Ricardo Monreal Ávila del Movimiento Ciudadano solicitaron ante la Comisión Permanente del Congreso, que SAGARPA pondere “los argumentos científicos y humanistas de las organizaciones de la sociedad civil y la ciudadanía, para desechar las solicitudes de licencias piloto y experimentales de organismos genéticamente modificados que se encuentran en  trámite”.

Los legisladores argumentaron que “pese a que los acelerados avances en materia genética y agro-biodiversidad crecieron bajo el pronóstico del progreso y la salud, en muchos casos ha resultado lo contrario”.

También citaron investigaciones realizadas al maíz transgénico de Monsanto NK603 como las del científico francés Gilles Eric Séralini, que “arrojaron reportes de muerte prematura por cáncer en pruebas con roedores”.

Asimismo mencionaron que en el caso de Argentina el uso de OGM provocó problemas adicionales por el uso de glifosfato, compuesto activo de plaguicidas como el RoundUp-Ready (cuyo principal comercializador es Monsanto), que permite a los agricultores rociar este herbicida de manera indiscriminada “por encima del cultivo en crecimiento, matando el resto de semillas sin que afecte al cultivo transgénico”.

En este sentido pasaron a explicar las consecuencias del uso indiscriminado del glifosfato según la Sentencia del Tribunal de Córdoba, Argentina, del 4 de septiembre de 2012, que revela “la relación directa del uso de glifosfato y la incidencia de cáncer de médula, leucemia y malformaciones, así como intoxicación crónica (que produce movimientos desordenados del cuerpo, convulsiones y espasmos, entre otros males), destacando también el reconocimiento de los daños causados por estos pesticidas en comunidades por inhalación, contacto y contaminación del agua y tierra”.

“México es parte fundamental de la conservación de especies al tener un acervo genético invaluable de  59 razas nativas de maíz y miles de variedades del mismo, así como otras especies de su generosa biodiversidad” explica la petición de los legisladores, a lo que añaden que “es por esto que no puede ser depositario de riesgos potenciales bajo ninguna circunstancia”. 

Como resultado de estas propuestas el Congreso también aprobó el dictamen el 6 de agosto, solicitándole a SAGARPA un informe sobre las solicitudes de licencias piloto y experimentales de organismos genéticamente modificados.

Crece la Conflictividad Socio Ambiental

Estas propuestas parlamentarias se dan en medio de un panorama de un gran antagonismo social en el que “el mundo del gobierno, la clase política profesional y de los grandes medios está cada vez más lejano de un país inconforme, molesto y rebelde ante las políticas y medidas que se les imponen desde arriba”, según una nota del diario El Economista del 13 de septiembre.

El diario menciona que en el país están activos cerca de 300 conflictos socio-ambientales entre los que incluye el de “1.500 comunidades campesinas que se oponen al maíz transgénico”.

En este contexto un mensaje falso que circuló entre las redes sociales e internet el pasado mes de agosto decía que Monsanto había sido autorizado por el gobierno para sembrar “cientos de miles (y hasta millones) de hectáreas de maíz transgénico”.

Monsanto se desvinculó de esta nota pero en opinión del diario la Jornada del 24 de agosto, quizá el comunicado falso haya sido una tentativa de empresas o grupos pro transgénicos “para medir qué reacción habrá” si esto ocurriera, dado que realmente Monsanto aguarda por esta aprobación del gobierno ignorando así “la enorme y argumentada oposición social, nacional e internacional de científicos, campesinos, artistas, intelectuales, trabajadores, activistas, consumidores, maestros y muchos más”, enfatizó el diario.

http://www.lagranepoca.com/29470-irregulares-solicitudes-para-transgenicos-mexico-enfrentan-cuestionamientos-sociales
 
 

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