Varias empresas y
compañías estadounidenses han realizado donaciones para la campaña en
contra el etiquetado transgénico propuesto en la Iniciativa 522,
iniciativa que pide que los consumidores puedan ejercer el derecho a
saber sobre los alimentos, eligiendo según sus convicciones.
La GMA (Grocery Manufacturers Association), Asociación de Fabricantes de Alimentos que aglutina a muchas de las grandes compañías de alimentos y bebidas de Estados Unidos, está realizando importantes donaciones contra el etiquetado transgénico de los alimentos, se trata de impedir que salga adelante la Iniciativa 522, la campaña que promueve el etiquetado de los alimentos transgénicos en Washington. Se solicita que sea obligatoria la identificación de los alimentos que contienen ingredientes modificados genéticamente, que se desarrollen nuevos estudios que dejen a un lado el principio de equivalencia que hasta el momento se aplica para equiparar transgénicos y tradicionales como iguales, y sobre todo, se solicita que los consumidores puedan ejercer el derecho a saber de los alimentos.
Desde que se presentó la I-522, se inició una campaña paralela en contra de este etiquetado, la GMA ha invertido grandes sumas de dinero en ella, pero también de forma individual algunas empresas y compañías de esta asociación han realizado donaciones para respaldar esta campaña cuyo cometido es lograr que la Iniciativa 522 no prospere. Recordemos que de salir adelante, podría sentar precedente para que se aplicara una legislación similar a nivel nacional, algo que por supuesto, no quieren aquellas compañías que trabajan con alimentos modificados genéticamente. Queda poco para que se someta a votación la I-522 y las campañas se hacen más notorias, ambos bandos (a favor y en contra) exponen sus argumentos para lograr el objetivo.
Pertenecen a la Grocery Manufacturers Association empresas como PepsiCo, BASF, Bayer Cropscience, Dow Agrosciences, Nestlé, Coca Cola, Conagra, Syngenta, Kellogg y por supuesto, Dupont y Monsanto entre otras. La función principal de la GMA es velar por los intereses de sus miembros, uno de ellos es evitar etiquetar los alimentos transgénicos. Además de las inversiones económicas, cuentan con otras armas, algunos miembros de estas empresas han trabajado o trabajan en el Gobierno, algo que juega en contra de cualquier proyecto que se presente para regular el etiquetado alimentario en el marco de la modificación genética. Recordemos que en la derrota de la Proposición 37 de California, la campaña del ‘No’ a esta proposición logró su cometido, a pesar de que inicialmente parecía que los californianos en su mayoría estaban a favor, la situación dio un giro y un 53’7% votaron en contra.
En el caso de la I-522 se mantiene la estrategia, se realizan donaciones para mantener la campaña en contra y se vierte todo tipo de información aludiendo a los inconvenientes y complicaciones que traería la aprobación de la reglamentación, uno de los argumentos utilizados es que el precio de los alimentos se encarecería afectando de forma significativa al bolsillo del consumidor. En este sentido hay que recordar el estudio desarrollado por Jerry Greenfield en el que se concluye que etiquetar los alimentos transgénicos no supondrá un incremento de precios, los argumentos que proporciona tienen mucho sentido y desarman los argumentos de la industria.
Este año las empresas que luchan contra la Iniciativa 522 han donado más dinero del que donaron en California, a pesar de que no son necesarios tantos recursos para esta lucha, parece que pretenden asegurar la victoria y que la reglamentación no prospere, empresas como Monsanto han aportado 4’8 millones de dólares, la campaña ha logrado recaudar más de 11 millones de dólares. En la publicación digital Político hablan de estas cuestiones, nos explican que a las empresas, especialmente a las biotecnológicas, no les importa aportar grandes sumas de dinero, argumentan que se oponen a la I-522 por las mismas razones argumentadas en contra de la Proposición 37, consideran que el etiquetado busca en realidad deshacerse de la biotecnología y que sea considerada como la sal o el azúcar, la verdad es que la comparativa no tiene razón de ser, habría que responder que estos ingredientes sí aparecen en el etiquetado y los consumidores los compran libremente, algo que no ocurre con los alimentos transgénicos.
Según leemos en Food Safety News, la Grocery Manufacturers Association tiene un largo historial en el que se han llevado a cabo iniciativas y campañas en contra de todo aquello que beneficie los intereses de los consumidores y perjudique a las empresas, un ejemplo es la lucha contra la política de sentido común para mejorar el contenido nutricional de los alimentos en las escuelas, sólo se pretendía reducir el consumo de alimentos y bebidas azucaradas en los colegios, en este caso fue Coca Cola la que tuvo mayor participación, algo lógico dados sus intereses económicos. Sin embargo, el éxito de las marcas depende en gran medida de las relaciones positivas con los consumidores, ninguna corporación alimentaria quiere arriesgarse a tener una cobertura negativa en los medios, la oposición a la reglamentación pueda dañar su imagen, sobre todo si trabajan con marcas orgánicas. En el caso de California, algunos errores de la iniciativa fueron bien utilizados, recordemos que los opositores a la nueva reglamentación propuesta argumentaban que la Proposición 37 acabaría con el uso del término ‘natural’ en los alimentos, esta fue la causa de que Natural Products Association, que en principio respaldaba la Proposición 37, terminara votando en contra.
Muchos consumidores se han sorprendido al saber que las marcas orgánicas que habitualmente compran, pertenecen a estas empresas que se oponen al etiquetado, por tanto, no es de extrañar que algunas empresas se aparten del terreno de juego y dejen que sea la GMA quien lidere la oposición. En fin, la iniciativa del etiquetado transgénico en Washington se perfila como una gran oportunidad para realizar cambios y lograr que se pueda ejercer el derecho de los consumidores a saber sobre los alimentos que consumen, no tardaremos mucho en conocer quién logrará el objetivo, si los que están a favor o los opositores.
A todo esto, es interesante recordar que la FDA (Food and Drug Administration) no mueve ficha e ignora las peticiones para que defina el término “natural” en los alimentos, algo que ha provocado que pierda credibilidad, parece que existe una buena relación con las compañías en contra del etiquetado de alimentos modificados genéticamente.
Más información | Yes on 522
Fuente:
http://www.gastronomiaycia.com/2013/09/18/donaciones-contra-el-etiquetado-transgenico-propuesto-en-la-iniciativa-522/
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