España es famosa desde hace mucho por ser el único país de la UE en el que existen cultivos transgénicos a gran escala. Y, a pesar de las crecientes incertidumbres sobre este tipo de agricultura y el rechazo de una buena parte de la opinión pública, los datos ahora conocidos indican que, lejos de rectificar, se insiste. Según los datos provisionales del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) que ha hecho públicos Greenpeace, en España se han cultivado 138.543 hectáreas de cultivos transgénicos en 2013, lo que representa casi un 20% de incremento sobre lo cultivado en 2012.


Para Luis Ferreirim, responsable de la campaña de transgénicos de Greenpeace en España, es algo inexplicable que "aunque cada vez sean más los países europeos que adoptan medidas contra los transgénicos, en España, al contrario, se vea que sigue aumentando la superficie cultivada y ello a pesar de que las propias empresas biotecnológicas implicadas como BASF o Monsanto se estén retirando de Europa por falta de mercado para sus productos y por el aumento del rechazo social".
En cualquier caso, Greenpeace critica la falta de transparencia existente. No se tienen datos concretos fiables acerca de cuántos cultivos hay ni en qué lugares están emplazados. Los propios datos conocidos ahora se basarían en estimaciones del Ministerio hechos a partir de las cifras de ventas de semillas de maiz transgénico que habría suministrado la propia industria.
Uno de los argumentos que han venido blandiendo los defensores de esta tecnología es la supuesta mayor productividad de este tipo de cultivos. Sin embargo, los datos en contra del mismo son cada vez más. Hace poco se publicaban nuevos estudios científicos que mostraban que la pretendida mayor productividad de los cultivos transgénicos frente a los convencionales es más que discutible, cosa que se veía al comparar los rendimientos de los cultvos transgénicos de Estados Unidos con los convencionales de Europa Occidental.
La multinacional Monsanto confirmaba recientemente que iba retirar la mayor parte de las solicitudes que había presentado para que se le aprobasen cultivos transgénicos en Europa ante el considerable rechazo que existe en este continente hacia este tipo de cultivos. Se quejaba de las trabas legales y de la falta de apoyo político. Ese retroceso de los transgénicos en el conjunto de Europa hace que resalte aún más vivamente el incremento de la superficie de cultivos transgénicos en España.
Según Greenpeace, cerca del 90% del maiz transgénico MON810 -que es el único que se sabe que se cultiva en Europa- se produce precisamente en España. ¿Por qué el Gobierno español, con un partido u otro en el poder, ha venido apoyando a las multinacionales en éste ámbito? ¿Por qué, por ejemplo, no ha prohibido este maiz transgénico, como han hecho otros países europeos y tal y como le piden diferentes organizaciones? ¿Por qué Spain is different en este asunto? ¿Que razón concreta está haciendo que nuestros políticos, de un color u otro, estén consintiendo que España sea el gran reducto europeo de los cultivos transgénicos a pesar del gran rechazo social existente? Es la gran pregunta para la cual no hay una respuesta satisfactoria.