AREA X (Especial para Urgente24) –  En Uruguay el lobby de Monsanto ha logrado media sanción al proyecto de ley que busca despenalizar el cultivo de marihuana. La responsabilidad de la multinacional de los alimentos en los avances legislativos en el país oriental tienen que ver directamente con intereses de George Soros, uno de los mayores accionistas de Monsanto, que a la vez impulsa la despenalización de la planta en numerosos estados de USA a través de la Drug Pollicy Alliance (DPA) y hace lobby en varios países de la región con la Open Society.

En Paraguay, principal productor de marihuana de la región y uno de los mayores del mundo, en mayo de este año, la Policía destruyó unas tres hectáreas de una variedad poco conocida de marihuana apodada transgénica.

Así lo relataba el 10 de mayo pasado el diario ABC Color:


El hecho es el siguiente: el pasado martes, agentes de Antinarcóticos de la Policía Nacional hallaron, destruyeron e incineraron unas tres hectáreas de marihuana en la localidad de Ypehû, departamento de Canindeyú. La “hierba maldita” fue catalogada como “transgénica” por los intervinientes, ya que esta variedad es conocida con este mote.

Al denominar “transgénico” a un rubro agrícola, inmediatamente se interpreta que la variedad fue genéticamente modificada para lograr un mayor rendimiento por hectárea, o bien, soportar el ataque de alguna plaga específica.

En cuanto a biotecnología, Paraguay es uno de los países más rezagados en la región por la escasa aprobación de eventos transgénicos. Esta circunstancia podría tener su origen en un desinterés gubernamental o en la falta de superación de un debate ideológico-pseudocientífico sin fundamento sostenido.

Para salir de dudas, conversamos con el jefe de Antinarcóticos de la Policía Nacional, Rufino Gil, quien dijo que en nuestro país existen unas siete variedades de marihuana. La hierba que se halló en el departamento de Canindeyú tenía características diferentes a las que normalmente se cultivan en la zona.

Esta variedad contiene una resina más pura y los arbustos pueden alcanzar una altura de entre 1,50 y 1,70 metros de altura. Además, esta marihuana goza de una inmensa cantidad de tetrahidrocannabinol, un metabolito secundario que conforma el constituyente psicoactivo que actúa directamente sobre el sistema nervioso central, mitigando el dolor de quien lo utiliza con un efecto analgésico.

Las características especiales de esta variedad hacen creer que en realidad podría tratarse de una variedad transgénica. Los efectos son mucho mayores que la marihuana “tradicional”, lo que motivaría a los traficantes a comercializarla, teniendo en cuenta su aceptación.

Paraguay cuenta con una organización civil denominada Instituto Nacional de Biotecnología (Inbio), un organismo dedicado a la investigación, específicamente en el rubro agrícola.

Consultamos al respecto con el titular del Instituto, Ricardo Wollmeister, quien sostuvo que Paraguay siempre ha tenido una política muy clara, que es la de incentivar al Gobierno en el campo de la investigación científica.

Explicó que el Inbio desconoce cualquier producto que pueda tener relación con la marihuana. Es más, expresó su sorpresa ante el hallazgo de marihuana “transgénica”, ya que nunca leyó ni escuchó algo sobre esta variedad.

Ahora bien, Wollmeister reconoció que la misma puede ser producto de experimentos realizados en la clandestinidad, ya que, para desarrollar una variedad diferente, se necesita de condiciones económicas favorables, una de las principales características del sector dedicado a la producción, tráfico y comercialización de drogas.

La aprobación de un evento biotecnológico es un proceso que lleva años, aproximadamente 10, ya que el desarrollo va desde las investigaciones -pasando por las pruebas- hasta finalmente llegar a los análisis finales. Desde ese momento, ya queda en el campo gubernamental la aprobación -o rechazo- del transgénico.

Hasta el momento, no hay tesis que niegue o confirme la existencia de marihuana “transgénica” en Paraguay. Pese a la duda, nuestro país sigue siendo uno de los más grandes productores de esta hierba, puesto que, dependiendo del suelo, se puede alcanzar desde los 2.500 hasta los 3.000 kilos por hectárea.

La marihuana transgénica es potencialmente cancerígena y hasta adictiva, según distintos reportes médicos. En la web, un conjunto de reportes sacados de documentales y de la TV da una imagen más acabada de la situación de los transgénicos y la marihuana en Paraguay


Video  "La Marijuana e Monsanto en el Paraguay":
http://www.youtube.com/watch?v=AS845qlCi4o&feature=player_embedded


Transgénicos

Acerca de los transgénicos, la desinformación y las versiones cruzadas se reproducen en la red sin llegar a una conclusión acabada. Monsanto junto a otras compañías agroquímicas abrieron recientemente un foro en Internet para tratar de detener las acusaciones. Sin embargo, las acusaciones siguen en pie y es el caso de Russia Today, que enumera una serie de “mitos” que se conocen acerca de los transgénicos en el mundo.

Mito 1: Nadie ha comprobado que los OGM sean nocivos para la salud

Los portavoces de Monsanto han afirmado muchas veces que es falso que se haya demostrado que los organismos genéticamente modificados son perjudiciales para la salud.

La realidad: Varios estudios realizados por expertos asocian las dietas basadas en OGM a tumores grotescos, fallos de los órganos, lesiones gástricas, daños hepáticos y renales, reacciones alérgicas severas e incluso con la muerte prematura.

Mito 2: La tecnología empleada para obtener OGM es comparable a los cruces tradicionales para mejorar la resistencia de los cultivos

“¿Quiere oír algo interesante? Es posible que todo lo que usted ha comido durante toda la vida fuera genéticamente modificado. Y lo mismo se puede decir de sus padres… y de sus abuelos. Durante más de 10.000 años los seres humanos han criado selectivamente plantas y animales. Las vacas que usted ve en los campos tienen poco parecido con los antiguos uros de los que descienden. Y el maíz que usted come es la versión doméstica de una planta salvaje llamada ‘teocinte’”, dice la página oficial de Monsanto.

La realidad: “A diferencia de las semillas híbridas, las semillas de los OGM no se crean con métodos naturales de baja tecnología. Las variedades genéticamente modificadas de las semillas se obtienen en un laboratorio con sofisticados métodos de alta tecnología como la manipulación genética. […] Por ejemplo, Monsanto ha cruzado el material genético de una bacteria conocida como ‘Bt’ (‘Bacilo thuringiensis’) con el maíz. El objetivo era crear una planta resistente a las plagas. Esto significa que cualquier parásito que intente comer la planta de maíz morirá, ya que el pesticida forma parte de las células de la planta”, se explica en un artículo del portal The Food Renegade.

Mito 3: No hay diferencias nutritivas entre los OGM y los alimentos tradicionales
Las empresas de biotecnología insisten en que no hay ninguna diferencia entre los nutrientes que contiene la comida genéticamente modificada y los de los productos orgánicos
La realidad: Un informe publicado en el blog Moms Across America este marzo indica que sí existen diferencias nutricionales entre el maíz transgénico y el orgánico. El informe realizado por la compañía productora de maíz orgánico De Dell, la única de este tipo en Canadá, mostró que no solo los valores nutritivos son diferentes, sino que los niveles de elementos tóxicos también varían.

Mito 4: Los OGM no dañan el medio ambiente

Las compañías transgénicas insisten en que el cultivo de organismos genéticamente modificados no es más perjudicial para el medio ambiente que el cultivo de productos orgánicos.

La realidad: Como ejemplo la autora del artículo cita la isla de Molokai, en Hawái, donde la calidad del agua y del aire es deplorable por culpa de una instalación para experimentos de Monsanto de casi 800 hectáreas ubicada en esa zona.

Esta semana ‘Süddeutsche Zeitung’ ha publicado un artículo que describe cómo los partidarios y exempleados de las compañías transgénicas han declarado una ‘ciberguerra’ contra los ecoactivistas y los científicos independientes, poniendo como ejemplo la multinacional Monsanto, cuyos empleados a veces ocupaban altos cargos en el Gobierno de USA y varias instituciones oficiales, y algunos de los cuales tienen estrechos vínculos con el estamento militar e incluso la CIA.

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