miércoles, 30 de julio de 2014

Cinco mentiras de quienes impulsan los cultivos transgénicos

Estos son los cinco mitos que hoy siguen sustentando su impulso a pesar de estar ampliamente demostrada su falacia.
  1. “Los cultivos transgénicos eliminarán el hambre en el mundo”: Los datos de la FAO muestran claramente, año tras año, que a nivel mundial se producen alimentos más que suficientes para alimentar a todo el mundo. El hambre no es meramente una cuestión de productividad, es una cuestión de acceso a la tierra y al resto de recursos necesarios para producir alimentos. ¡El hambre, en definitiva, es consecuencia de la pobreza y la exclusión!
  1. “Los cultivos transgénicos producen más”: esto, más que un mito, es de nuevo una mentira.  Genéticamente hablando, la productividad de un cultivo es demasiado compleja para poder manipularla tan fácilmente, se trata de seres vivos y complejos, no jugamos con piezas de ‘lego’. Depende de muchos factores genéticos pero también de muchos otros elementos. E incluso si ‘todo estuviera en los genes’, la clase científica nunca ha logrado transferir y hacer funcionar más de dos o tres genes a la vez. ¡El gen de la productividad no existe!
  1. “Los cultivos transgénicos eliminarán los agroquímicos”: Más bien lo contrario. La principal ‘innovación’ que nos han traído las corporaciones transgénicas son plantas que incorporan un gen que permite fumigarlas con altas dosis de herbicidas sin que se vean afectadas, ya que son ‘tolerantes’ a determinadas sustancias químicas. Esto permite por ejemplo fumigar las plantaciones a gran escala con avionetas desde el aire año tras año en el mismo sitio, lo que ha facilitado la tremenda expansión del cultivo de soya a nivel mundial.
  1. “Se respeta el derecho a decidir, pues los transgénicos coexisten pacíficamente con los demás cultivos”: Otro argumento esgrimido por quienes promueven los transgénicos es “la libertad de decisión”, que cada agricultor o agricultora decida por sí mismo usar o no transgénicos, no hay ninguna imposición. Pero este argumento pasa por alto una ley fundamental de la biología: las plantas de la misma especie se cruzan entre ellas, y más temprano que tarde los genes insertados artificialmente en los cultivos transgénicos acaban apareciendo en los cultivos convencionales.
  1. “Los transgénicos son seguros para la salud y el medio ambiente”: Aquí la base de sustento de los cultivos transgénicos hace agua a partir de las investigaciones más recientes: el mito de la “equivalencia sustancial” de los transgénicos, que sin sustento científico pretendió igualarlos a los cultivos convencionales, ha sido desmontado en múltiples investigaciones. En cuanto al impacto ambiental, la contaminación con transgenes de cultivos no transgénicos es algo que hoy está ocurriendo en todo el mundo y los impactos del paquete tecnológico han trascendido las fronteras de las denuncias locales para ser asumidas por ámbitos internacionales como por ejemplo el Relator de las Naciones Unidas por el Derecho a la Alimentación.
Red Nacional de Acción Ecologista (RENACE), Argentina


De:
http://renace.net/?p=5005

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