La
siembra de semilla de maíz y soya transgénica en Chiapas representa una
amenaza para los cultivos nativos de Oaxaca”, dijo ayer el dirigente
campesino Roberto Antonio Hernández Coca.
“Si nos contaminan las variedades criollas que todavía cultivamos en las regiones nuestra producción va a desaparecer. Es urgente que el gobierno estatal haga algo para que no se permita la siembra de productos transgénicos en los límites con la entidad vecina”, apuntó.
Condenó el doble discurso de las compañías trasnacionales que junto con el gobierno federal engañan a las comunidades, diciendo que si no quieren no están obligados a consumir la producción de transgénicos.
“Y tienen razón, los productos transgénicos ya vienen en las cajas de cereales, en las latas de verduras, en conservas y en bolsas de los centros comerciales”, apuntó.
“Si nos contaminan las variedades criollas que todavía cultivamos en las regiones nuestra producción va a desaparecer. Es urgente que el gobierno estatal haga algo para que no se permita la siembra de productos transgénicos en los límites con la entidad vecina”, apuntó.
Condenó el doble discurso de las compañías trasnacionales que junto con el gobierno federal engañan a las comunidades, diciendo que si no quieren no están obligados a consumir la producción de transgénicos.
“Y tienen razón, los productos transgénicos ya vienen en las cajas de cereales, en las latas de verduras, en conservas y en bolsas de los centros comerciales”, apuntó.
De acuerdo con la diputada Carolina Aparicio Sánchez, el tema de las semillas transgénicas no se atendió en el Congreso local, no obstante existir una iniciativa.
“Se trata de un tema de seguridad alimentaria”, apuntó la legisladora que propuso al Congreso local un punto de acuerdo para que el gobierno estatal prohibiera los permisos para hacer siembras experimentales y piloto de maíz transgénico.
La legisladora del Partido Revolucionario Institucional dijo que en México se tiene una producción anual de 20 millones de toneladas de maíz blanco, exclusivamente para consumo humano por su alto contenido nutricional, mientras que el maíz amarillo sólo representa un 5 por ciento de la producción nacional y se destina al procesamiento industrial y a la alimentación animal.
Añadió que el mejoramiento empírico del maíz durante varios siglos ha generado 35 razas de maíces criollos o nativos, los cuales ofrecen una fuente rica en material genético.
Señaló que mientras que Estados Unidos utiliza el mayor volumen de maíz para fines industriales en México forma parte de la dieta diaria de la población.
Aparicio Sánchez condenó el permiso para sembrar en México maíz amarillo genéticamente modificado y resistente al herbicida Clifosato y señaló que desde el 2009 inició en México la experimentación de la siembra de maíz transgénico, por lo que la sagarpa ha acumulado 110 solicitudes para siembra del cultivo en etapa experimental y 11 para programa piloto.
Para el dirigente campesino más allá de intereses partidistas o de grupo, está la necesidad de garantizar no sólo la protección de las variedades criollas de maíces, frijoles, calabaza y chile de la entidad, sino también la salud pública de los oaxaqueños.
Recordó que hace más de una década en la Sierra Norte se descubrió la presencia de maíces transgénicos y que desde entonces existe una alerta generalizada en los campesinos para evitar la contaminación de maíces nativos.
Fuente:
http://www.tiempoenlinea.com.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=35158:transgenica-de-chiapas-un-peligro-para-oaxaca&catid=49:el-valle&Itemid=27
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