lunes, 24 de junio de 2013

¿Qué está pasando con los cultivos transgénicos en el mundo?

Los transgénicos son organismos genéticamente modificados por el hombre. Los intereses comerciales son muchos, su inocuidad se discute y los países optan por posturas divergentes.

Paloma Sánchez y Carmen Vázquez 

Un transgénico en un organismo genéticamente modificado (OGM). Esto significa que su material genético ha sufrido algún tipo de alteración y no de forma natural; es el resultado de la intervención del hombre, que ha cambiado su genoma y ha introducido genes procedentes de otras especies.

Son muchas las plantas transgénicas que se han generado por manipulación genética. Las hay que incorporan genes que confieren resistencia a herbicidas (HT) o codifican para proteínas con actividad insecticida (maíz Bt, soja Bt); y otras incorporan genes productores de nutrientes (maíz dorado con moléculas precursoras de vitamina A) o inductores de esterilidad.
 
Pese a la fuerte controversia en cuanto a su seguridad y conveniencia, la férrea oposición de organizaciones no gubernamentales (ONG) y la postura anti-transgénicos de algunos gobiernos, el cultivo de plantas transgénicas está en plena expansión mundial. Estamos ente un verdadero ejemplo de dilema ético que tiene enfrentados a ciudadanos y tecnólogos.
 
Hasta ahora quedaba claro el interés económico de las seis grandes empresas del sector agroalimentario (Monsanto, Dupont, Bayer, Syngenta, Basf y DowAgro Sciences) que controlan la mayoría de las patentes. En particular, Monsanto tiene el monopolio de las semillas, controla el precio de las variedades genéticamente modificadas y coarta la difusión de resultados negativos o posibles efectos nocivos del uso de transgénicos.

No podemos evitar pensar que el uso de variedades resistentes a herbicidas permite a los agricultores usar cantidades más elevadas de estos. Y no tranquiliza nada saber además que las compañías que comercializan las semillas transgénicas son las mismas que fabrican los herbicidas. Y uno se pregunta ¿qué pasa con las especies vegetales circundantes si se abusa de los herbicidas?, ¿se incorporan tales dosis a la cadena trófica con mayor facilidad?, ¿termina afectando a la biodiversidad?, ¿y a nuestra salud?
 
Tampoco nos tranquiliza el argumento de que los transgénicos están llamados a ser la herramienta para erradicar el hambre en el mundo. Sobre todo, cuando el tiempo ha demostrado que la mayoría de los cultivos transgénicos hoy en día se dedican a la colza, el maíz, la soja y el algodón, cuyo destino es la industria textil y el engorde del ganado.
 
Sin embargo, y pese a que las semillas transgénicas son más caras que las naturales, que los usuarios deben firmar acuerdos para no guardar y resembrar y se ven obligados a comprar semillas cada año, muchos agricultores perciben a las empresas biotecnológicas como auténticos aliados que les ayudan a mejorar el rendimiento de sus cultivos y su valor nutricional.




Por tanto, muchos países -desde EEUU hasta China- apuestan por el cultivo de transgénicos. Marcan la diferencia entre los países desarrollados, los europeos (salvo excepciones) y Japón, que se mantienen como islas internacionales sin transgénicos. La UE permite sólo dos cultivos de transgénicos aunque autoriza la importación de 45 productos. Pese a esto, la legislación de salud pública europea es extraordinariamente preventiva contra la presencia de transgénicos en los alimentos.

Movimiento anti-transgénico en España
 
En España, a diferencia de otros países europeos, está permitido el cultivo de maíz transgénico Bt y se hace pese a que nuestros vecinos (Francia, Alemania, Hungría, Austria, Grecia, Bulgaria y Luxemburgo) prohíben la entrada de estos productos. Aunque es cierto que apenas dedicamos hectáreas al cultivo de transgénicos al compararnos con EEUU u otros países como Brasil y Argentina, existe un interés creciente por parte del sector agrícola en promover el cultivo de algodón transgénico, siendo la administración en cierta medida partidaria, puesto que autoriza ensayos de campo con fines científicos en cultivos de maíz y algodón. Pareciera que no se quiere perder una posible ventaja competitiva y, junto a las empresas biotecnológicas, se mira hacia América Latina como nueva área de expansión.
 
Paralelamente existe en España un marcado movimiento anti-transgénicos, consolidado en Asturias, País Vasco, Galicia, Baleares y Canarias, declarados territorios libres de cultivos transgénicos. Andalucía se sumará en breve al conjunto de comunidades contrarias al uso de transgénicos, argumentando el negativo impacto agrario y ambiental y el rechazo de los consumidores. Se razona que el cultivo de transgénicos sólo corresponde a intereses económicos de las grandes multinacionales del agro-negocio, que además es más costoso y que tiene pésimas consecuencias para el medio ambiente.

Sin embargo, el panorama nacional e internacional se complica aún más. Los recientes acontecimientos ponen de manifiesto que vamos a poder dejar de lado el argumento de que los grandes intereses económicos de los gigantes mundiales de la agricultura son la razón fundamental de la expansión del cultivo de transgénicos.
En Nigeria, investigadores de instituciones públicas nacionales han desarrollado una judía carilla transgénica resistente a la maruca, una plaga muy común en África.

Ya está en prueba en los campos de Nigeria, Ghana y Burkina Faso y se entregará a los agricultores africanos en 2017. También en Nigeria está en prueba de campo un maíz que consume menos agua, y en Uganda y Kenia sus científicos investigan modificaciones genéticas contra dos virus que afectan al cultivo de la yuca.
Y una vez eliminado el poderoso argumento de los intereses económicos de los grandes, ¿con qué nos quedamos? ¿Y si resulta que los transgénicos pueden paliar el hambre en África? ¿Cuál será la actitud de muchos gobiernos? ¿Cambiará en algo la postura de Greenpeace?
 
Parece claro que ahora los gobiernos de países en vías de desarrollo están basando sus decisiones a favor o en contra de los transgénicos en modelos de utilidad sustentados en la mejor ciencia disponible. El uso masivo de cultivos transgénicos en los países en vías de desarrollo será en breve un hecho. La cuestión será entonces cómo preservar la biodiversidad en estas zonas.


Fuente:
http://www.hechosdehoy.com/que-esta-pasando-con-los-cultivos-transgenicos-en-el-mundo-27806.htm

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