Así, además de extraer sangre de las poblaciones expuestas a
fumigaciones, los investigadores también tomaron sangre de donadores
sanos, es decir, que no poseen ningún daño genético, y en laboratorio
expusieron esas células a distintas concentraciones de Glifosato.
“Los valores que encontramos son también aumentados cuando están expuestos a distintas concentraciones. Es decir que el Glifosato no es inocuo para el material genético”, afirmó Aiassa al respecto. Y continuó: “Podemos decir que el Glifosato
está causando un daño del material genético en células humanas porque
lo hemos probado en distintas concentraciones, como así también su
metabolito que es el Ampa”.
En base a estas evidencias, los especialistas cuestionaron la clasificación establecida por el Senasa para el Glifosato como un producto de escaso o nulo riesgo toxicológico.
“Las clasificaciones en realidad se basan
en lo que es la toxicidad aguda y no están viendo lo que es la toxicidad
crónica. O sea, que el producto tenga una banda verde no significa que
no sea tóxico. Eso es lo que por ahí es difícil de visualizar por las
personas que están en contacto con estas sustancias habitualmente”, aseguró la investigadora local y se refirió especialmente a los aplicadores de plaguicidas.
Por otro lado, los profesionales de la UNRC indicaron que los estudios
hechos hasta ahora no permiten distinguir el efecto particular de otros
agroquímicos, aunque están comenzando a avanzar en este tipo de
investigaciones.
“Cipermetrina, Atrazina, Clorpirifos y Glifosato son los plaguicidas más utilizados en las zonas donde nosotros hemos trabajado.
Ahora estamos haciendo un trabajo en colaboración con la Universidad de Rosario en ratas expuestas al Clorpirifos”, relataron. Ecoportal.net
Puntal
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