ECOagricultor el 29 mayo, 2013 en
Que dos de los científicos franceses más reconocidos del mundo por estudiar los efectos del herbicida RoundUp estén juntos dando una charla en el restaurante Roc’h Trédudon en Plounéour-Ménez, no deja espacio a la indiferencia.
Para los medios locales la jornada fue “un estudio de impacto”, o “una cita explosiva y excepcional”. Se trata de dos eminencias el que volvieron a la carga con sus estudios sobre los pesticidas.
Respecto de las pruebas inexistentes manifestó que “Es como si se mide el impacto del agua del grifo en el cuerpo una persona que bebió toda su vida”.Los resultados son alarmantes: después de dos años de experiencia, sólo 90 de cada 200 ratas sobrevivieron.
“En 2013, encontramos los productos químicos tóxicos en el Roundup, también presente en muchos otros pesticidas llamados POE-15. Estos se clasifican como productos inertes por el fabricante, por lo que, ningún organismo les pidió que lo probaran a largo plazo”. Las pruebas realizadas en Francia se hicieron en sólo 6 ratas durante tres semanas, seguido de una prueba de irritación, enrojecimiento, e impactos oculares. Para la industria sólo tiene que respetarse el marbete: Mantener fuera del alcance de los ojos o la piel, pero no hay pruebas de lo que produce a largo plazo “ y agregó que “Es difícil conseguir acceso a los estudios debido a que el grupo de Monsanto alega propiedad intelectual “.
“Se hicieron todos los estándares regulatorios en el glifosato, regulación del herbicida y fue evaluado por las autoridades, pero no el resto” dijo el investigador. “Hay una subestimación de los efectos de estos plaguicidas “ aseguró.
Gilles-Eric Séralini también dice que “ los mayores vendedores de plaguicidas, son los mayores vendedores de drogas”.
Según él, uno puede encontrar los productos de Monsanto en casi todas
las farmacias y el 90% de las patentes son contratos en manos del
gigante, cuya actividad principal es vender estas patentes.
En el estudio sobre el impacto de los plaguicidas Gilles-Eric Séralini ha sido muy criticado en el mundo científico. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) dijo que “no es posible extraer conclusiones válidas sobre la aparición de tumores en las ratas ensayadas. La Agencia Nacional de Seguridad Alimentaria también refutó el estudio realizado por el profesor, indicando “debilidades” en la obra, pero llamó a realizar una investigación sobre el consumo a largo plazo de los OMG asociados con pesticidas.-
Acostumbrado a los
berrinches de las multinacionales ante sus investigaciones, Seralini les
contestó con todo su equipo el 12 de noviembre de la revista Food and Chemical Toxicology que publicó:”Respuestas
a los críticos: ¿Por qué hay una toxicidad a largo plazo debido al
consumo de maíz genéticamente modificado NK603 tolerante a glifosato, al
herbicida Roundup?.
En esa respuesta los
científicos manifiestan que “Algunos críticos han hecho hincapié en que
no hay reportes de los efectos adversos sufridos por animales de granja o
en la población humana de EE.UU. que han consumido alimentos derivados
de cultivos OGM .Tales afirmaciones son científicamente erróneas por las
siguientes razones:
-En primer lugar, es importante tener en cuenta que no ha habido estudios epidemiológicos de
la población humana ni el seguimiento de los animales de granja, en un
intento de correlacionar cualquier afectación a la salud observada con
el consumo de un cultivo modificado genéticamente.
-En segundo lugar, hay que recordar que los animales de granja no son criados para vivir durante toda la duración de su ciclo de vida natural,
y por lo tanto no suelen vivir el tiempo suficiente para desarrollar
enfermedades crónicas a largo plazo, lo que contrasta con las ratas de
nuestro experimento.
-En tercer lugar, ya que no hay etiquetado de OMG
en los EE.UU., se desconoce la cantidad consumida, y no existe ningún
control”. Por lo tanto, sin una clara trazabilidad o etiquetado, ninguna
encuesta epidemiológica se puede realizar.
En la evaluación de
la reglamentación de los OGM, productos químicos y medicamentos, las
pruebas se llevan a cabo por las propias empresas, a menudo en sus
propios laboratorios. Como resultado de ello, existen conflictos de interés en estos casos. “Nuestro
estudio no pretende solicitar la comercialización de un nuevo producto.
Por el contrario, hemos querido estimar el riesgo para la salud de
estos productos. Es el más detallado ensayo que se realizó hasta la
fecha, e independiente de empresas de biotecnología y plaguicidas.
Animamos a otros pares a replicar tales experimentos crónicos, con mayor
potencia estadística” dijo Séralini.
Esta réplica contestó también a la crítica de cuatro científicos brasileños, pro-transgénicos, dos de los cuales son miembros de la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNBio) en un informe de octubre de 2012. Ese informe fue publicado como “la visión de CNTBio” en su conjunto, en combinación con el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Brasil.
Pero ahora está claro que no existe tal consenso en la CTNBio. En
marzo de 2013, se supo que 15 miembros y ex miembros de CNTBio,
escribieron una detallado contra-informe que desacredita los argumentos
de los cuatro científicos anteriores, y apoyan la validez de los
hallazgos de Séralini. Ello fue expresado en una carta al Presidente de
la CTNBio Flavio Finardi, y al Ministerio de Relaciones Exteriores.
Entre otras tantas desmentidas los miembros de la Comisión aclaran que :
“Entendemos
que este documento, preparado por cuatro científicos, dos de los cuales
son miembros de la CTNBio, no puede ser considerado como la posición de
la Comisión, dado que no fue evaluado por una sesión plenaria. Incluso
si lo hubiera sido, el dictamen de los médicos no representa un consenso
en esta Comisión”.
Por su parte en Francia la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria, Medio Ambiente y Trabajo (ANSES), en una carta de 19 de octubre del 2012, hace referencia al estudio de Seralini llegando a la conclusión de que hay una necesidad de “realizar estudios con el objetivo de describir los efectos potenciales para la salud asociados al consumo a largo plazo de los OMG o de la exposición a las formulaciones de fitosanitarios”. También recomienda que “estos estudios deben centrarse sobre todo en la exposición a los OMG y para las formulaciones de fitosanitarios asociados” y que ”Estos estudios deben llevarse a cabo en el ámbito de la financiación pública y ser basado en un protocolo experimental detallado que permita responder a las cuestiones planteadas”.
El 80% de los
productos transgénicos son desarrollados para soportar los pesticidas,
el 20% restante está compuesto para producir el insecticida. El efecto
combinado de estos contaminantes en las células humanas, es lo que
Gilles-Eric Séralini y su equipo trabajaron con células de la placenta, cordón umbilical, en líneas celulares y embrionarias humanas.
Mientras esperamos la próxima salida a la venta del libro Tous cobayes! en español, para octubre próximo, desde la editorial Need Ediciones en la presentación al público promete ser otra cita explosiva donde estará presente el Dr. Seralini durante cuatro días en España. Dra. Graciela Gómez -Asociación Argentina de Periodistas Ambientales (AAPA)
Fuente:
http://www.ecoagricultor.com/2013/05/pesticidas-roundup/
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