Las fumigaciones con herbicidas de
graves consecuencias para la salud, como el glifosato, es habitual en
parques y paseos urbanos en España. / Stop Herbicidas Madrid
Las organizaciones Amigos de la Tierra y Ecologistas en Acción manifiestan su preocupación por el uso de herbicidas como Roundup. Este herbicida tiene como principio activo el glifosato y es elaborado por la multinacional Monsanto. El motivo de alarma es un estudio elaborado por Amigos de la Tierra entre marzo y mayo de 2013 en el que se llevaron a cabo análisis de orina a ciudadanos de 18 países europeos. En este estudio se puso de manifiesto que hasta un 40% de las muestras de orina de ciudadanos españoles contenían glifosato. Aunque este porcentaje está por debajo de los promedios de países como Alemania, con un 70% de muestras con glifosato, Ecologistas en Acción advierte de que la legislación española es la más permisiva con el uso de esta sustancia.
Según un estudio de Amigos de la Tierra hasta un 40% de las muestras de orina de ciudadanos españoles contenían glifosato
La organización también señala que uno de los principales problemas del uso de herbicidas con glifosato son las irregularidades que se cometen. En este sentido también se ha pronunciado Simón Cortés, fitosanitario y miembro de la Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono (ARBA).
Según informa Simón Cortés, la violación de los protocolos de actuación en las fumigaciones es constante. También alega que “es muy común que se fumigue por parte de trabajadores que carecen de permisos y formación adecuada”. Asímismo, trabajadores fitosanitarios señalan que el material utilizado es insuficiente y su uso entraña riesgos para la salud.
Sin embargo, las irregularidades no sólo se restringen al ámbito laboral. Desde ARBA se advierte de que los períodos de aislamiento en zonas fumigadas son pasados por alto. La plataforma comunicaba a Diagonal que “el tiempo de acción del glifosato oscila entre los ocho y los diez días y, sin embargo, es usual ver zonas fumigadas que no están señalizadas ni aisladas”. En este sentido, la plataforma Stop Herbicidas ha denunciado las fumigaciones llevadas a cabo en primavera en el municipio de Rivas Vaciamadrid y en zonas urbanas de Madrid capital. Durante estas fumigaciones no se informó a los ciudadanos del uso del herbicida Roundup ni se cerraron las zonas debidamente.
También ha llamado la atención de varias plataformas el uso de glifosato en localidades próximas a la ribera del río Jarama, lo que, según informaba Simón Cortés, “entraña un gran peligro para la fauna por la contaminación del agua”.
Stop Herbicidas ha denunciado las fumigaciones llevadas a cabo en primavera en el municipio de Rivas y en zonas urbanas de Madrid capital
Valladolid y Guadalajara han sido dos provincias en las que se han producido fumigaciones sin previo aviso. En varias localidades vallisoletanas se detectó el uso de Roundup sin conocimiento de los vecinos. Mientras tanto, vecinos de la provincia de Guadalajara y de la sierra oeste madrileña denuncian fumigaciones indiscriminadas en campo abierto.
Varias investigaciones han estudiado los problemas que puede generar la inhibición de enzimas y la alteración de los microbios. Algunos expertos internacionales como Stephanie Seneff o Anthony Samsel, del Instituto Tecnológico de Massachussetts, han analizado las posibles enfermedades que el contacto con glifosato puede generar. Entre otras, se considera que la desaparición o afección de las bacterias presentes en el sistema digestivo puede ser la causa de diarrea crónica, colitis y enfermedad de Crohn.
Por otro lado, la descomposición del glifosato por ciertos microbios puede ser causa de la inflamación cerebral que puede acarrear alzheimer o autismo. También se contempla que la depresión, enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de alergias, el párkinson, la infertilidad, la esclerosis múltiple o varios tipos de cáncer pueden ser consecuencia de una exposición continuada al herbicida.
Estudios alternativos llevados a cabo en países como Argentina o Paraguay evidencian la toxicidad del glifosato en las células de embriones y placenta. En concreto, un estudio en Paraguay demostró que los bebés que nacían en un radio de un kilómetro de la fumigación del glifosato tenían el doble de malformaciones.
La posible aprobación por parte de la Unión Europea de 14 cultivos transgénicos ha puesto al glifosato en el punto de mira de grupos ecologistas. Numerosos colectivos se han sumado al rechazo de estos cultivos de manera sistemática por el riesgo que conllevan. Entre los peligros se contempla un uso desmesurado de glifosato, debido a la resistencia de estas plantaciones a los herbicidas.
Entre los cultivos transgénicos que utilizan glifosato, destacan la soja y el maíz, señalan desde ARBA. Recientemente varios países europeos limitaron o restringieron las importaciones de maíz, tras descubrirse campos cultivados de maíz transgénico no autorizado en Oregón (EE UU).
La organización también señala que uno de los principales problemas del uso de herbicidas con glifosato son las irregularidades que se cometen. En este sentido también se ha pronunciado Simón Cortés, fitosanitario y miembro de la Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono (ARBA).
Según informa Simón Cortés, la violación de los protocolos de actuación en las fumigaciones es constante. También alega que “es muy común que se fumigue por parte de trabajadores que carecen de permisos y formación adecuada”. Asímismo, trabajadores fitosanitarios señalan que el material utilizado es insuficiente y su uso entraña riesgos para la salud.
Sin embargo, las irregularidades no sólo se restringen al ámbito laboral. Desde ARBA se advierte de que los períodos de aislamiento en zonas fumigadas son pasados por alto. La plataforma comunicaba a Diagonal que “el tiempo de acción del glifosato oscila entre los ocho y los diez días y, sin embargo, es usual ver zonas fumigadas que no están señalizadas ni aisladas”. En este sentido, la plataforma Stop Herbicidas ha denunciado las fumigaciones llevadas a cabo en primavera en el municipio de Rivas Vaciamadrid y en zonas urbanas de Madrid capital. Durante estas fumigaciones no se informó a los ciudadanos del uso del herbicida Roundup ni se cerraron las zonas debidamente.
También ha llamado la atención de varias plataformas el uso de glifosato en localidades próximas a la ribera del río Jarama, lo que, según informaba Simón Cortés, “entraña un gran peligro para la fauna por la contaminación del agua”.
Stop Herbicidas ha denunciado las fumigaciones llevadas a cabo en primavera en el municipio de Rivas y en zonas urbanas de Madrid capital
Valladolid y Guadalajara han sido dos provincias en las que se han producido fumigaciones sin previo aviso. En varias localidades vallisoletanas se detectó el uso de Roundup sin conocimiento de los vecinos. Mientras tanto, vecinos de la provincia de Guadalajara y de la sierra oeste madrileña denuncian fumigaciones indiscriminadas en campo abierto.
Riesgo para la salud
“El problema para la salud que plantea el glifosato es la alteración extrema de las funciones y los ciclos de vida de los microbios”, afirma David Ortega, licenciado en Biomedicina. Esto, unido a la inhibición de enzimas que desintoxican compuestos químicos extraños, contribuye a aumentar los efectos dañinos de las sustancias químicas a las que está expuesto el cuerpo humano.Varias investigaciones han estudiado los problemas que puede generar la inhibición de enzimas y la alteración de los microbios. Algunos expertos internacionales como Stephanie Seneff o Anthony Samsel, del Instituto Tecnológico de Massachussetts, han analizado las posibles enfermedades que el contacto con glifosato puede generar. Entre otras, se considera que la desaparición o afección de las bacterias presentes en el sistema digestivo puede ser la causa de diarrea crónica, colitis y enfermedad de Crohn.
Por otro lado, la descomposición del glifosato por ciertos microbios puede ser causa de la inflamación cerebral que puede acarrear alzheimer o autismo. También se contempla que la depresión, enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de alergias, el párkinson, la infertilidad, la esclerosis múltiple o varios tipos de cáncer pueden ser consecuencia de una exposición continuada al herbicida.
Estudios alternativos llevados a cabo en países como Argentina o Paraguay evidencian la toxicidad del glifosato en las células de embriones y placenta. En concreto, un estudio en Paraguay demostró que los bebés que nacían en un radio de un kilómetro de la fumigación del glifosato tenían el doble de malformaciones.
La posible aprobación por parte de la Unión Europea de 14 cultivos transgénicos ha puesto al glifosato en el punto de mira de grupos ecologistas. Numerosos colectivos se han sumado al rechazo de estos cultivos de manera sistemática por el riesgo que conllevan. Entre los peligros se contempla un uso desmesurado de glifosato, debido a la resistencia de estas plantaciones a los herbicidas.
Entre los cultivos transgénicos que utilizan glifosato, destacan la soja y el maíz, señalan desde ARBA. Recientemente varios países europeos limitaron o restringieron las importaciones de maíz, tras descubrirse campos cultivados de maíz transgénico no autorizado en Oregón (EE UU).
Glifosato, el peligro del herbicida total
El glifosato –útil para la eliminación de hierbas y arbustos– es el principio activo de Roundup, un producto creado por Monsanto cuya patente expiró en 2000. Su uso se ha extendido desde los 90 en los monocultivos transgénicos. Es el caso de la soja en toda Sudamérica. La soja transgénica, también patentada por Monsanto, es resistente al glifosato, por lo que el Roundup elimina todo salvo la soja, creando un “desierto verde”. Las consecuencias para la salud de las poblaciones rurales y urbanas han sido devastadoras.Territorios libres de contaminación con glifosato
La actividad de las plataformas ecologistas de varias comunidades autónomas ha dado lugar a la restricción del glifosato en varias regiones y municipios españoles. De esta manera, localidades canarias como Buenavista, El Rosario, El Tanque, Santiago del Teide y el Cabildo de la Gomera se han declarado libres de este tipo de herbicida, gracias a la recogida de firmas. En Andalucía, la localidad malagueña de Mijas también decía no al uso de glifosato, prohibiendo su uso en espacios públicos.De:
https://www.diagonalperiodico.net/global/25273-fumigaciones-toxicas-la-vuelta-la-esquina.html
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